DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN

Juan Vicente Herrera: «Enzinas fue un hombre valiente, que defendió con tesón lo que su fe y su razón le dictaban»

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Discurso del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, en el acto de apertura del Congreso Internacional "La memoria de un hombre. Francisco de Enzinas en el V Centenario de la Reforma Protestante".

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Presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, durante su intervención en el acto / Foto: TV CYL

Burgos, 30 de noviembre de 2017

Queridas amigas y amigos: quiero comenzar felicitando a la Asociación Cultural Francisco de Enzinas por el amplio Programa de actividades que, desde el mes de octubre y hasta el próximo mes de febrero, está promoviendo en conmemoración de este «doble V Centenario»: en 2017, el del inicio de la Reforma Protestante; y en 2018, el del nacimiento de Francisco de Enzinas.

Dentro de ese Programa destaca el presente Congreso Internacional, que reúne, bajo el título “La Memoria de un Hombre”, a los máximos expertos mundiales en la figura del humanista burgalés. Un Congreso para cuya organización ha sido fundamental la aportación de la Universidad de Burgos.

La Junta de Castilla y León patrocina este Congreso, convencida de su alto nivel científico, y sobre todo de la importancia cultural y social de los acontecimientos que se conmemoran. Estamos felices por esta oportunidad que a todos se nos brinda de honrar la figura histórica de un ilustre castellano y leonés, que hasta ahora no había sido suficientemente conocida en España.

"...el Gobierno de Castilla y León ha abierto una línea de fructífera colaboración con la Asociación Cultural Francisco de Enzinas y con el Consejo Evangélico de Castilla y León.

 

Lo hacemos, por un lado, en el marco de normalidad que nos proporciona el artículo 16 de la Constitución, que garantiza la libertad religiosa y de culto, y encomienda a los poderes públicos mantener las mejores relaciones de cooperación con todas las confesiones religiosas. Y lo hacemos, también, por la enorme trascendencia histórica de la figura de Francisco de Enzinas"

 

Me complace también destacar, en mi calidad de Presidente de la Junta, pero también en mi condición de amante de los libros, la aportación hecha a este V Centenario por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, con la nueva y dignísima edición del libro de «Memorias» de Francisco de Enzinas; que cuenta con el magnífico estudio preliminar y traducción del profesor Francisco Socas.

De este modo, el Gobierno de Castilla y León ha abierto una línea de fructífera colaboración con la Asociación Cultural Francisco de Enzinas y con el Consejo Evangélico de Castilla y León. Lo hacemos, por un lado, en el marco de normalidad que nos proporciona el artículo 16 de la Constitución, que garantiza la libertad religiosa y de culto, y encomienda a los poderes públicos mantener las mejores relaciones de cooperación con todas las confesiones religiosas. Y lo hacemos, también, por la enorme trascendencia histórica de la figura de Francisco de Enzinas; cuya trayectoria vital, desde su nacimiento en Burgos hasta su muerte en Estrasburgo, es un ejemplo de los lazos poderosos que unen a Castilla y León con el corazón y la historia de Europa.

No en vano, Francisco de Enzinas es ante todo un destacado ciudadano de Europa. Que libra batallas y vive conflictos absolutamente europeos. Y lo hace en algunos de los principales escenarios de la magnífica y convulsa Europa del siglo XVI. Su nacimiento en Castilla, región de Europa, y en concreto en Burgos –importante núcleo mercantil y financiero de la época, vinculado con Inglaterra, Flandes y la Europa central– es a mi juicio una prueba más del profundo europeísmo que anida, desde sus mismas raíces, en la historia de Castilla y León.

Un europeísmo en cuya argumentación podríamos remontarnos hasta la Atapuerca de 800.000 años atrás, cuna de los primeros europeos. O a la Numancia de hace 2.150 años, cuyos muros dieron testimonio del coraje y resistencia de los pueblos peninsulares en su choque con el Imperio Romano.

Podríamos también hablar del significado de la Reconquista. O en ese proceso del nuevo desarrollo de la Vía de la Plata. O por supuesto del Camino de Santiago, en el que precisamente nos encontramos, y de la trascendencia que el fenómeno de la peregrinación ha tenido en la historia de Europa.

Podríamos traer a colación el ingente Patrimonio histórico y cultural de Castilla y León, evidencia de que aquí encontraron espectacular desarrollo las más importantes escuelas artísticas y arquitectónicas europeas. Sin ir más lejos, la espectacular catedral gótica de Burgos, que está a punto de cumplir y celebrar los 800 años de la colocación de su primera piedra.

Otro argumento sería el papel que nuestras Universidades tuvieron en la configuración del Continente. Muy especialmente, la de Salamanca, que también celebra el próximo año su octavo centenario, y que a partir de la común lengua latina, fue auténtico bastión del sistema universitario europeo junto a las de Bolonia, Oxford o París.

Podríamos invocar también las Cortes celebradas en León en 1188, las primeras de la historia de Europa en las que participa el estamento ciudadano. O el proyecto del Emperador Carlos, que hace ahora 500 años llegó a nuestra tierra, y que pretendió impulsar una «Monarquía Universal y Cristiana» que unificara política y religiosamente Europa.

Por ese tiempo tuvo lugar, asimismo, el Movimiento Comunero; que, con su afán de unas Cortes que limitasen el poder real, y de unos municipios basados en la democracia directa, ha sido calificado como precursor de las grandes revoluciones liberales europeas.

"... un motivo más para rescatar y elogiar la figura de Francisco de Enzinas. Que poseía en alto grado, como bien señala el profesor Socas, el amor por la palabra como instrumento de comunicación. Que engrandeció la lengua castellana con su obra. Que vertió en dicha lengua la sabiduría de autores antiguos como Luciano o Plutarco. Y que, a través de los millones de Biblias que las Iglesias Evangélicas vienen usando y difundiendo a lo largo y ancho del globo, es, como se ha destacado, el autor burgalés más editado y leído en el mundo."

 

, en fin, por ese mismo tiempo comenzaba en Europa la Reforma Protestante. Que iba a contar con notables figuras nacidas en nuestra tierra. Y muy destacadamente la de Francisco de Enzinas, que iba a ser el primer traductor al castellano del Nuevo Testamento.

El castellano es precisamente otra de las grandes aportaciones de nuestra tierra a Europa. Hoy español, y lengua común de todos los españoles, compartida con muchos cientos de millones de hablantes en todo el mundo, forma parte del acervo cultural más valioso de la Comunidad. Y es un motivo más para rescatar y elogiar la figura de Francisco de Enzinas. Que poseía en alto grado, como bien señala el profesor Socas, el amor por la palabra como instrumento de comunicación. Que engrandeció la lengua castellana con su obra. Que vertió en dicha lengua la sabiduría de autores antiguos como Luciano o Plutarco. Y que, a través de los millones de Biblias que las Iglesias Evangélicas vienen usando y difundiendo a lo largo y ancho del globo, es, como se ha destacado, el autor burgalés más editado y leído en el mundo.

Pero permítanme que vuelva a citar su libro de «Memorias», magnífico ejemplo del género autobiográfico. En su Historia de los heterodoxos españoles, una obra tan monumental como condicionada a su tiempo, Marcelino Menéndez Pelayo dedicó una amplia atención a Enzinas. Y elogió en concreto sus Memorias, dando la razón a Campan cuando este decía que estaban escritas en el más hermoso estilo del siglo XVI; que su interés era poderosísimo; y que había en ellas momentos de verdadera elocuencia. Y añadiendo que Francisco de Enzinas poseía facultades narrativas y dramáticas muy poco comunes; y que dibujaba vigorosamente situaciones y caracteres, hasta el punto de dar a sus memorias toda la animación de una novela.

No hace falta, pues, confirmar ni desmentir hipótesis como las que han llegado a atribuir a nuestro personaje la autoría del Lazarillo de Tormes para considerarlo acreedor, por méritos indudables, de un lugar entre los mejores escritores de la lengua española. 

Pero Enzinas es, por supuesto, más que un erudito y más que un autor literario. Es un hombre del Renacimiento. Un humanista. Y un cristiano cabal. Firme en sus creencias, pero no dogmático. Un hombre valiente. Que defendió con tesón lo que su fe y su razón le dictaban. Con un carácter conciliador, que le llevó a pensar que podían construirse puentes entre las dos orillas del conflicto religioso. O cuando menos lograrse cierta tolerancia mutua.

"Enzinas es, por supuesto, más que un erudito y más que un autor literario. Es un hombre del Renacimiento. Un humanista. Y un cristiano cabal. Firme en sus creencias, pero no dogmático. Un hombre valiente. Que defendió con tesón lo que su fe y su razón le dictaban. Con un carácter conciliador, que le llevó a pensar que podían construirse puentes entre las dos orillas del conflicto religioso. O cuando menos lograrse cierta tolerancia mutua.

No fue bien tratado entonces en su tierra de origen. Con menos de veinte años tuvo que salir de ella por causa de sus ideas. Y ya no podría regresar. Pero sabemos que no la olvidó. Que su tierra estaba siempre en su recuerdo."

 

No fue bien tratado entonces en su tierra de origen. Con menos de veinte años tuvo que salir de ella por causa de sus ideas. Y ya no podría regresar. Pero sabemos que no la olvidó. Que su tierra estaba siempre en su recuerdo.

Al Emperador Carlos se dirige para ofrecerle su traducción del Nuevo Testamento, «en nuestra lengua castellana», como le decía lleno de orgullo. En muchos de sus escritos se aprecia el amor por sus paisanos. El deseo de que estos pudieran acceder fácilmente a la Palabra de Dios, para que no se vieran en situación de inferioridad respecto de otros pueblos europeos. Y expresamente dice que, entre las razones de su obra, está «la honra de nuestra nación española, a la cual muchas otras tratan mal de palabra».

La verdad es que los propios españoles, muchas veces, hemos cometido el pecado de tratar mal de palabra a nuestra gran nación. Haciendo realidad aquel verso famoso del catalán Joaquín Bartrina: «…si habla mal de España, es español». Y hemos cometido el pecado, también, de dejar caer en el olvido a grandes personajes de nuestra Historia. En este sentido, creo que España tiene una deuda pendiente con Francisco de Enzinas.

Es bueno que empecemos a saldarla aquí, en Castilla y León. Una Comunidad rica en territorios y gentes. Respetuosa con la pluralidad que la integra. Y defensora de la convivencia que la enriquece desde su mismo nacimiento. Y es bueno que la saldemos en concreto desde la ciudad de Burgos. En esa misma ciudad abierta y cosmopolita en la que hace cinco siglos circulaban de manera vivísima ideas y libros. Y que se convirtió en uno de los grandes focos del erasmismo español, con figuras como Juan de Maldonado, Alonso Ruiz de Virués, el arzobispo Juan de Fonseca o familiares del mismo Enzinas, como Pedro de Lerma. Una ciudad que hoy sigue ofreciendo una rica, intensa y variada vida cultural y académica, de la que este Congreso Internacional es una buena muestra.

Amigas y amigos: concluyo reiterando que para la Junta de Castilla y León es un orgullo patrocinar este Congreso, al que deseamos el mayor de los éxitos. Lo mismo que a todas las actividades conmemorativas que están programadas en las próximas semanas. Pues todas ellas son imprescindibles para honrar la figura de Francisco de Enzinas. Un ejemplo deslumbrante de ciudadano del Renacimiento. Y un burgalés que ha dejado una profunda huella en la Historia de la Humanidad.

Muchas gracias.

Autor: Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León

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