EXPERTOS Y ORGANISMOS GUBERNAMENTALES LO CONFIRMAN

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En un escenario dramático en el que la población que consume drogas en Argentina se multiplicó por 10 en la última década, y con un Estado desbordado por la situación, la atención espiritual de los centros cristianos, mayoritariamente evangélicos, es reconocida por sus resultados en la recuperación de adictos

(REDACCIÓN, 12/07/2012) “Las comunidades terapéuticas que apelan a la espiritualidad, y específicamente a la religión, logran los mayores porcentajes de recuperación de drogadictos”. Esta es la conclusión de funcionarios de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico del Gobierno argentino (SEDRONAR) y de otros expertos, que recoge Sergio Rubin en su columna en Valores Religiosos (Clarín.com).

La afirmación supone un reconocimiento oficial de la incidencia positiva del trabajo de los centros de rehabilitación cristianos en el país. En Argentina, las adicciones a algún tipo de drogas han experimentado una escalada alarmante en la última década, donde el consumo –que estaba en el 1% de la población entre 15 y 65 años- alcanza hoy al 10%. Dicho de otra forma: unos tres millones de argentinos ingieren algún tipo de sustancia tóxica.

La Argentina ya ocupa el primer lugar en el consumo de cocaína y marihuana en la región, mientras que el paco hace estragos entre los más pobres (y empieza a ser consumido en sectores de clase media).

En ese contexto, en el que -en opinión de Rubin, se pone en evidencia “la urgencia de una gran acción preventiva en la que debe involucrarse toda la sociedad”-, la demanda de tratamiento para la recuperación de adictos crece constantemente.

LA ASISTENCIA ESPIRITUAL CONSIGUE MÁS RESULTADOS

Paralelamente, se multiplican las comunidades terapéuticas, tanto ligadas a confesiones religiosas como las surgidas de la sociedad civil, que procuran -con diversos resultados- recuperar a los adictos. Y si bien la rehabilitación exige un abordaje multidisciplinario, funcionarios del SEDRONAR y otros expertos coinciden en que las terapias que ponen más énfasis en lo espiritual -y, en particular, en lo religioso- son las que logran un porcentaje mayor de rehabilitaciones.

Para los especialistas, los mejores resultados que obtienen los tratamientos que hacen especial hincapié en el afecto, los valores y la fe, se explican porque los adictos, básicamente, arrastran una falta de amor, se sienten incapaces de afrontar los problemas -se evaden con la droga- y carecen de un sentido para su vida.

"Nosotros creemos que el problema de las adicciones implica una respuesta bio-psico-social y espiritual, pero estamos convencidos de que esta última es determinante porque va al fondo de la cuestión", señala Horacio Reyser, coordinador de la comisión de Drogodependencia del Episcopado argentino. "Lo espiritual -dice- tiene que ver con las cuestiones más íntimas del ser humano como los sentimientos y la sensibilidad, y con aspectos tan profundos como la esperanza y la fe, permitiendo la realización como personas". En ese sentido, dice que "lo espiritual es lo que nos da la fortaleza para enfrentar los desafíos de la vida, aceptando el esfuerzo y aun el sacrificio que sean necesarios, y es lo que nos mueve a vivir una vida digna en libertad, lejos de la esclavitud de las drogas".

CENTROS EVANGÉLICOS A LA VANGUARDIA

Aunque el artículo (escrito desde una perspectiva católica) no lo destaca, a la vanguardia de esta labor social y espiritual en la recuperación de drogadictos, se encuentran los centros de acogida evangélicos. El trabajo pionero de Desafío Juvenil (Teen Challenge) lleva más de 25 años en el país, y centros de origen español como RETO, BETEL y REMAR, vienen abriendo casas de acogida en distintas provincias argentinas desde los años 90.

Con más de 150 centros de prevención y rehabilitación en todo el país, enmarcado en el programa Vida, los centros evangélicos obtienen un alto índice de recuperación. "Inicialmente se descreía bastante de la espiritualidad y, en particular, de un conocimiento de Jesús, como factor terapéutico, pero en la actualidad, a la luz de los resultados, es considerada un factor clave en el proceso de recuperación de adictos", dice el vicepresidente de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (ACIERA), el pastor Gastón Bruno.

Según Bruno, el propio SEDRONAR reconoció en su momento que el porcentaje de recuperados en las comunidades terapéuticas evangélicas "es muy superior" al de las que dependen del Estado. Tras señalar que dictan regularmente un curso de Operador Socio Terapeuta Espiritual en Adicciones, precisa que "muchos de los que trabajan en la recuperación son ex adictos que experimentaron un cambio radical de vida a partir de una experiencia personal con Jesucristo".

EL CRECIENTE COMPROMISO CATÓLICO, UNA BUENA NOTICIA

No fue hasta 2007 –probablemente impulsada por la visita de Benedicto XVI a Brasil, en la Conferencia de Obispos de Aparecida - que el Episcopado católico argentino lanzó una estrategia nacional para colaborar en la prevención de las adicciones y, pese a que “se estima que suman ya varias decenas de comunidades terapéuticas (para la recuperación) de cuño ‘católico’”, el Episcopado argentino no cuenta aún con un registro preciso de esa labor.

En todo caso, que la jerarquía católica argentina apoye y refuerce el trabajo parroquial y terapéutico a favor de las víctimas de las adicciones es una muy buena noticia, habida cuenta de la magnitud de la tragedia que afecta al país –donde toda ayuda es poca- y tendiendo en cuenta que los propios expertos reconocen en la espiritualidad cristiana un elemento de suma importancia en el difícil camino de la rehabilitación.

Fuente: Valores Religiosos (Clarin.com), Redacción: Actualidad Evangélica