SUS PADRES PUBLICAN EN LA PRENSA UNA CARTA DE AGRADECIMIENTO

Fallece Ian, el niño ceutí de padres evangélicos ingresado en Cádiz

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Su caso había saltado a la opinión pública debido a que el INGESA no les ofrecía en Ceuta los recursos técnicos y humanos para seguir su tratamiento, teniendo la familia que desplazarse a Cádiz todos los fines de semana, durante más de un año, para acompañar a su hijo.

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Héctor y Laura, padres de Ian, expresan en una carta su agradecimiento a todos y a Dios, tras la muerte de su hijo

(CEUTA, 06/02/2014)  “Después de su baño habitual, de jugar y de reírse con las enfermeras, Ian se quedó en un sueño profundo (...) tuvo una muerte plácida y tranquila”. Con estas palabras describen Héctor Orihuela y Laura Ayora, padres de Ian, las circunstancias del fallecimiento de su hijo, cuya breve vida transcurrió dentro de las cuatro paredes de la UCI-Neonatal y UCI-Pediátrica del Hospital Puerta del Mar, de Cádiz, en donde –según dicen—“su mundo fue feliz, dejándonos grandes e inspiradoras lecciones para la vida”.

Las frases están tomadas de una Carta al Director, publicada en un periódico ceutí, lugar de residencia de la familia.

UNA LUCHA POR LA VIDA... Y CONTRA LA BUROCRACIA.

De este modo concluye una historia, que había salido a la luz pública debido a una circunstancia lamentable, cuando los medios ceutíes denunciaron la situación que afectaba a esta familia, con su pequeño bebé ingresado en un hospital gaditano, debido a que el Instituyo Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) dijo no poder disponer en Ceuta de un respirador artificial ni de recursos humanos para atender la patología que afectaba al pequeño Ian, lo que obligaba a los padres a viajar todos los fines de semana a la Península para estar al lado de su hijo.

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La Carta al Director de EL FARO, en la que los padres de Ian expresan su agradecimiento y dan testimonio de su fe

Actualidad Evangélica fue uno de los medios que se hizo eco de esta situación, denunciada por el periódico local El Faro y por la COPE, entre otros.

Tras el ruido mediático, y el interés creciente de la sociedad ceutí por un caso tan sangrante como surrealista, las autoridades sanitarias y el propio Presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas Lara (PP), se interesaron por el caso y tomaron cartas en el asunto, facilitando el respirador y ofreciendo todas las garantías para que Ian pudiera seguir su tratamiento en Ceuta.

Lamentablemente, ese traslado no llegó a producirse. El pasado 30 de enero, Ian dejó de “luchar” y “partió a la presencia del Señor”.

“Hablar de Ian nos llena de orgullo como padres”, dicen en la citada carta, “pues a pesar de su corta edad demostró una lucha incansable por la vida (...) dejándonos grandes e inspiradoras lecciones para la vida”.

Héctor y Laura agradecen a Dios... “Él nos dio fuerzas cada día para enfrentar nuestra realidad con fe, esperanza y amor hacia nuestro hijo Ian..."


Héctor y Laura quisieron hacer público, a través de esa carta abierta, su agradecimiento “a todos cuantos han colaborado durante este tiempo tan difícil, apoyándonos de muchas y diferentes formas”. Además de a sus más próximos allegados y a la Iglesia Evangélica Casa de Alabanza en Ceuta, de la que forman parte, citan a la Iglesia Asambleas de Dios en Cádiz, que les brindó  hospedaje durante sus desplazamientos los fines de semana; al equipo médico del Hospital Puerta del Mar, que trataron a Ian no solo como a un paciente, sino como a “su niño”, cuidándole como si fueran familia.

Agradecen también a la ciudadanía ceutí, que se volcó en su apoyo mediante la organización de iniciativas para recaudar fondos, a las autoridades sociales y sanitarias, al propio presidente Vivas Lara, a los medios de comunicación, etc.

Por último, Héctor y Laura agradecen a Dios... “Él nos dio fuerzas cada día para enfrentar nuestra realidad con fe, esperanza y amor hacia nuestro hijo Ian, quien descansa tranquilo en las mejores manos... junto a Dios”.

La carta rezuma paz y gratitud. También un hermoso testimonio de esperanza cristiana. Héctor y Laura son dos padres jóvenes que, además, tienen una pequeña hija, llamada Noa, de cinco años, que también ha sufrido y ahora necesita mucho de ellos.

Desde Actualidad Evangélica hemos intentado estar cerca de la familia, les hemos expresado nuestras más sentidas condolencias, y nos unimos a las oraciones del pueblo evangélico ante Aquel que es “Padre de misericordias y Dios de toda consolación” [1].

[1] 2 Corintios 1:3, La Biblia RVR60

Fuente: Actualidad Evangélica

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