IGLESIA Y EVANGELIZACIÓN

Tim Keller explica ocho razones por las que “Redeemer” ha preferido subdividirse en varias congregaciones en lugar de ser una "megaiglesia"

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Cree, Keller, que una megaiglesia liderada por un único pastor crea una "dependencia adictiva" hacia ese líder y dificulta la transición a un liderazgo posterior. También propicia la menor participación de los fieles con sus dones y la multiplicación de miembros “espectadores”.

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Pastor Timothy Keller, fundador de la Iglesia Presbiteriana Redeemer (Redentor) de Manhattan, EEUU

(Redacción, 08/04/2022) En un post reciente en su cuenta de Facebook, el reconocido pastor, fundador de la Iglesia Presbiteriana Redeemer, en Manhattan, Timothy Keller, explica las razones por las que le parece mejor estrategia tener en una gran ciudad "10 iglesias de 400 miembros que una megaiglesia de 4.000".

Cree, Keller, que una megaiglesia liderada por un único pastor crea una "dependencia adictiva" hacia ese líder y dificulta la transición a un liderazgo posterior. También propicia la menor participación de los fieles con sus dones y la multiplicación de miembros “espectadores”.

Timothy Keller no habla desde una especulación teórica sino desde la experiencia personal. Habla de cómo ha planificado la transición de su propio ministerio, como fundador de una gran congregación. En su post, que reproducimos a continuación, cuenta cómo Redeemer ha optado por subdividirse en varias iglesias (cinco hasta ahora), cada una con un equipo pastoral autónomo, en lugar de convertirse en una megaiglesia liderada por un único pastor.

Su opinión autorizada es, sin duda, para tener en cuenta.

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"¿Por qué subdividimos Redeemer en tres (ahora cinco) congregaciones, en lugar de entregar una megaiglesia a un único sucesor?" (por Tim Keller)

Primero, porque las megaiglesias tienen algunos déficits de diseño. En general, son lugares pobres para la formación y cuidado pastoral debido a su tamaño. En nuestro momento cultural actual ese es un problema mortal, porque los cristianos están siendo más formados por las redes sociales que por la comunidad cristiana local. Necesitamos comunidades sólidas y el tamaño de nuestras iglesias tienen en cuenta eso.

Segundo, debido a que las megaiglesias se vuelven grandes bajo el ministerio de un fundador, generalmente no se sostienen por ser dadas a un sucesor. Esa persona siempre es a veces excesiva y duramente comparada en todos los sentidos con el fundador. Es una doble pérdida para ellos y para el movimiento.

Tercero, porque las megaiglesias tienden a crecer rápido bajo un fundador, generalmente dependen demasiado de los dones y la personalidad de ese fundador, así que cuanto antes se rompa esa “dependencia adictiva”, tanto mejor.

Cuarto, porque a menudo el fundador tiende a ver la iglesia como su posesión personal y una extensión de su personalidad, hecha a imagen de sí mismo. Y con frecuencia, nunca quiere irse, ni sabe cómo hacerlo bien. Como principio de disciplina espiritual, es bueno irse lo antes posible.

Quinto, porque fui capaz de entregar Redeemer a un grupo más diverso de líderes. En lugar de por un blanco americano, Redeemer ha sido dirigida por pastores chinos, coreanos, británicos y nagameses/libaneses. Todos, aunque sólidamente unidos en la teología reformada, traen sus perspectivas culturales diversas, sus experiencias y sabidurías enriquecedoras.

Sexto, debido a que las congregaciones más pequeñas deben hacer uso de un mayor porcentaje de dones y talentos de personas laicas, hay menos dependencia del personal eclesial y un menor número de feligreses espectadores, que solo asisten para observar y no para participar.

Séptimo, no solo queríamos construir una megaiglesia, nuestra visión esencial se centró en "ayudar a construir una gran ciudad para todas las personas” a través de un mover del evangelio. "Los movimientos del evangelio son alimentados por la multiplicación de iglesias generativas y líderes diversos”.

Octavo, las megaiglesias tienden a atraer a personas de grandes distancias que luego no están lo suficientemente cerca geográficamente como para participar en la construcción de la comunidad, el discipulado y el ministerio local al barrio de la iglesia. Es más difícil para ellos estar concentrados en el área local. Las ciudades y las regiones pueden beneficiarse de los recursos únicos de una megaiglesia (por ejemplo, centros de orientación, seminarios, etc.). Pero en general, la zona geográfica —y los cristianos—se beneficiarán más de 10 iglesias de 400 miembros dispersos por toda la ciudad, en lugar de una única iglesia de 4.000 en medio de ella.

Ese ha sido nuestro proceso de reflexión. Ahora, estas congregaciones, aunque todavía tienen los recursos de una megaiglesia, a través de su tamaño y modelo pueden ser más ágiles para atender a las necesidades de las personas que asisten y a sus entornos geográficos.

Fuente: Tim Keller / Edición: Actualidad Evangélica