OPINIÓN / Pastor MANUEL SARRIAS

Equilibrio...

( 2 Votos )
a / A
Larger Font Smaller Font

La Biblia - Efesios 3: 17-19  / Apocalipsis  21: 10, 16

20160701-3

(MANUEL SARRIAS, 01/07/2016) Según el diccionario, equilibrio es ecuanimidad, sensatez, estabilidad, armonía, proporción, mesura, prudencia, contrapeso y otros. Ni quedarse corto, ni pasarse. El equilibrio no es sencillo de conseguir, a pesar de lo mucho que se recomienda en todos los aspectos: dietas equilibradas, presupuestos equilibrados, equilibrio ecológico, etc... Hay que poseer una gran dosis de elegancia, discernimiento y grandeza para vivir y actuar equilibradamente.

Tampoco resulta tarea simple el equilibrio en la vida cristiana. En un sentido, en la realidad del cristiano hay profundas paradojas:

Vivir con la mirada en el cielo y los pies en la tierra.                            
Negarse a sí mismo para verse realizado.                            
Cuando nos damos, entonces nos encontramos.                            
Ser siervo para ser verdaderamente libre.                            
Débil y esforzado. Sencillo y astuto. Activo y contemplativo.                             
Ser un pacificador y, a veces, crear tensiones.               
Ser profundamente espiritual y profundamente humano.                              
Saberse polvo, vanidad de vanidades y, a la vez, nada menos que
Hijo de Dios y coheredero con Cristo.

Equilibrio en el ejercicio de nuestras responsabilidades. La persona designada para cualquier cargo público, no importa el ámbito de actuación, debe intentar ejercerlo procurando ser el servidor de todos los que se encuentran en el área de su competencia, nunca sólo de una parte y menos de sí mismo. Y si hablamos como cristianos, sabiendo que lo importante no es que nada se escape de nuestro control, sino que todo esté bajo el control del Señor. Será la mejor manera de estar tranquilos y confiados, ya que, como decía Quevedo “el que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos”.

Equilibrio en nuestros “cultos y liturgias”. No solamente emocionalismos, ni ser más fríos que témpanos de hielo. Ni extravagancias exaltadas, ni más helados que el iceberg que hundió al Titanic. Ni ritualismos hipotecados y ortodoxias encorsetadas, ni tampoco caer en rarezas, confusión ruidosa o desorden. Ni espectáculos exhibicionistas, ni entierros de tercera. Ni un tiempo musical excesivo y desproporcionado en detrimento de la predicación de la Palabra, ni exposiciones oratorias sesudas y puramente académicas y que no invitan a una alabanza contagiosa que también forma parte del culto a Dios, al igual que los diezmos y ofrendas, lecturas, oraciones y testimonios. Equilibrio resumido:  Solemnidad gozosa. Alegría reverente. Espíritu y entendimiento. Mente y corazón. Adorar en espíritu y en verdad.

Equilibrio entre hablar, escuchar y callar. Gandhi evidenciaba tres espacios de la vida del mundo y mostraba que cada uno de ellos ofrecía un modo especial de ser: en el mar viven los peces que callan; sobre la tierra los animales que gritan; y los pájaros, cuyo espacio natural es el cielo, son los que cantan.  Al ser humano, que también participa de estos tres ámbitos, podríamos añadirle el hablar y escuchar.  Dice Eclesiastés que hay tiempo para todo. Se necesita equilibrio (y sabiduría) para saber cuándo es tiempo de callar (¡qué hermosa es la reflexión en silencio!), de alzar la voz, de cantar, de escuchar con atención, de usar el lenguaje con edificación y gracia.

Oswald Chambers manifestó que “el mayor competidor de la devoción a Jesús puede llegar a ser el servicio a Jesús”.

Equilibrio entre fondo y formas. Un hombre debió suministrar dosis de aceite de hígado de bacalao a su perro, siguiendo las instrucciones del veterinario. Cada día sujetaba entre sus rodillas la cabeza del animal, que se resistía, le obligaba a abrir la boca y le vertía el aceite por el gañote. Un día, el perro logró soltarse y el aceite cayó al suelo. Entonces, para asombro del dueño, el perro empezó a lamer dócilmente el aceite derramado. El perro no rechazaba el aceite, sino la manera de administrárselo. No hay otro Evangelio, pero cuidado cómo lo presentamos y lo vivimos.

Equilibrio entre las buenas intenciones y la realización de esos propósitos. "Del dicho al hecho hay un gran trecho”, dice el refrán popular. Por sus frutos los conoceréis. No sólo de la abundancia del corazón habla la boca, sino que el buen árbol da frutos buenos.

Equilibrio entre estudio y servicio y entre servicio y adoración. G. Getz dijo: “solamente el estudio bíblico no producirá espiritualidad. De hecho, producirá carnalidad si no es aplicado y practicado. La verdad es que, estudiar sin servir, produce personas con actitudes de juicio y de orgullo espiritual”. Decía la antigua recomendación “aplícate por entero al texto, aplica el texto por entero a ti”. Oswald Chambers manifestó que “el mayor competidor de la devoción a Jesús puede llegar a ser el servicio a Jesús”.  El ser fuertes en el servicio, pero débiles en la adoración.

Equilibrio entre lo individual y lo colectivo. Nadie somos una isla. Influenciamos y somos influenciados, lo que nos da un sentido de interdependencia como creyentes, Iglesias locales y Asociaciones y UEBE*. El yo nunca estará completo sin el tu, sin el vosotros. “Mientras luchamos individualmente uno contra otro, somos vencidos colectivamente” (Tácito), ya que una casa dividida no puede prevalecer. Ocupando cada cual el lugar que le corresponda según su llamamiento y dones.  Somos miembros de un mismo Cuerpo en el que Cristo es la Cabeza.

sarrias

Somos llamados al equilibrio entre fe y obras, teoría y práctica, pensamiento y acción, raíces y frutos, doctrina y vida, como seguidores de Jesús de Nazaret quien es ejemplo de dominio propio, de templanza, de serenidad y pasión, de dulzura y energía, de amor y denuncia del pecado, de compasión, tolerancia y firmes convicciones.  Su ministerio público fue corto en el tiempo, pero atractivo, impactante, equilibrado y completo. Imitemos al Maestro.

* N.d.R: El autor se refiere a la Unión Evangélica BAutista de España (UEBE), una de las familias denominacionales con mayor arraigo del protestantismo español.

Autor: Manuel Sarrias, pastor y vicepresidente de FEREDE - Publicado originalmente en el boletín de la Iglesia Evangélica Bautista de La Vall D'Uixó. Reproducido con permiso.

© 2016. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA. Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.