SIN ÁNIMO DE OFENDER

LA FRASE: "Cuando me conceden un premio, dudo de mi mismo..."

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"Cuando me conceden un premio, dudo de mí mismo. Cuando me declaran persona non grata, sé que tengo razón" -- Juan Goytisolo

(JORGE FERNÁNDEZ, 21/11/2014) | La frase es de Juan Goytisolo Gay (Barcelona, 1931), uno de los grandes de la narrativa española, siempre crítico e incorrecto políticamente, al que el Premio Cervantes sitúa ahora en la cumbre de las letras en español.

La frase encierra sin duda una paradoja, que a los cristianos nos recuerda también, de alguna manera, aquellas palabras de Jesús en el Sermón del Monte:

"... la aprobación del mundo y los aplausos, no siempre son señal de que andamos por el buen camino. Puede que sea precísamente lo contrario"

Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mt. 5:11-12).

Nos recuerda que, la aprobación del mundo y los aplausos, no siempre son señal de que andamos por el buen camino. Puede que sea precísamente lo contrario.

El compromiso con "la Verdad" del Evangelio nos creará, en algún momento, severos críticos, cuando no feroces enemigos.

Resulta saludable, por otra parte, sino “dudar de uno mismo” ante los premios y halagos, al menos tener la prudencia de mantenernos humildes, sin olvidar otra advertencia bíblica:

El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro, Y al hombre la boca del que lo alaba. (Pr. 27:21)

Quizás la ecuación “ser declarado persona non grata”, igual a “tener razón”, resulte un tanto exagerada. Puede que, en ocasiones, el rechazo de los demás tenga algún fundamento en nuestra obstinación. ¡Y debe haber pocas cosas peores que estar siendo rechazado o perseguido innecesariamente por defender un error!

Jorge Fernández Basso

Allí tenemos a Saulo de Tarso, por ejemplo, antes de su encuentro con Jesús, que iba dándose “coces contra el aguijón”. [1]

Sin embargo, no podemos olvidar a quién seguimos y servimos, para que el rechazo, si llega, no nos sorprenda demasiado.

Ya lo dijo el Señor:

“Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?” (Mt. 10:25)

Debemos examinarnos con honestidad para evitar el "victimismo" (que es una gran tentación para los tercos). Pero, si nuestra conciencia está tranquila y, realmente, estamos siendo confrontados por "tener razón"... si tal fuera el caso… ¡ánimo! Y mucho gozo en el Señor, que la recompensa es grande.

Autor: Jorge Fernández

[1] Hechos 26:14


© 2014. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA.Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.

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