BUEN FIN DE SEMANA
Encontrarnos
CRISTIAN FRANCO, 28/06/2013 |
“La vida es encontrarnos, para eso nacemos, porque el punto más alto es llegar al amor.
Y no hay amor de uno, solo hay amor de todos, y por ese motivo estamos hoy aquí”.
(“Está la puerta abierta”, Facundo Cabral)
¿Y si nos animásemos a encontrarnos con nuestro prójimo?
En más de una ocasión fui testigo del desencuentro, la incomprensión y la ausencia de diálogo. Algunas veces, debo reconocer, fui culpable de ello (consciente o inconscientemente). Otras, víctima del silenciamiento o la negación del interlocutor frente a la posibilidad del necesario ejercicio del arte de la comunicación.
No se necesita una gran perspicacia ni preparación académica para comprobar que los seres humanos vivimos desencontrados, en especial en las grandes ciudades. Vivimos aislados de los demás, por más que viajemos apretujados en el transporte público. Una tropelía de información pareciera atontar nuestros sentidos y paralizar nuestra capacidad de distinguir momentos, prioridades e importancias. Un cansancio que arrastramos como peso invisible que nos repliega y limita nuestra apertura.
Lejos de una visión apocalíptica, negativa o apesadumbrada de la sociedad, surge una pregunta necesaria: ¿será bueno vivir de ese modo?
Sí, ya sé. Es imposible escribir genéricamente, como si alguien fuese capaz de abstraer al ser humano de la multiplicidad de experiencias, historias, cualidades y características personales. Dudo de la utilidad de las teorías que parten de la pizarra e ignoran esta evidente realidad, aunque es notoria la tendencia que nos moviliza a buscar recetas que nos “autoayuden” en masa por igual. Pero la cuestión sigue allí. Algo que nos atañe a todos. La necesidad de encontrarnos.
Releyendo el excelente libro “Antes del fin”, de Ernesto Sabato, me encontré con el siguiente párrafo:
“¡Cuántas lágrimas hay detrás de las máscaras! ¡Cuánto más podría el ser humano llegar al encuentro con el otro si nos acercáramos los unos a los otros como necesitados que somos, en lugar de figuramos fuertes! Si dejáramos de mostrarnos autosuficientes y nos atreviéramos a reconocer la gran necesidad del otro que tenemos para seguir viviendo, como muertos de sed que somos en verdad, ¡cuánto mal podría ser evitado!”
No tengo dudas de que el mundo sería mejor si nos encontrásemos con nuestro prójimo.
Si dejásemos de querer tener siempre la razón para conocer las diversas perspectivas.
Si escuchásemos con mayor atención.
Si nos acercásemos a los demás.
Autor: Cristian Franco
© 2013. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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