SIN 脕NIMO DE OFENDER

La fe de nuestros mayores

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jorgito-gris(JORGE FERN脕NDEZ/ Madrid,聽20/01/2012)聽Fueron muchas las experiencias vividas durante este mes de vacaciones de invierno que, gracias a Dios, pudimos disfrutar con nuestra familia en Argentina. De todas ellas guardaremos preciosos recuerdos e imborrables im谩genes en nuestra memoria emocional... im谩genes de esas que, a diferencia de las impresas o digitales, no podremos etiquetar en el facebook ni enviar por el m贸vil o el correo electr贸nico, por pertenecer al 谩mbito de lo invisible y de lo intangible. 隆Aunque no por ello sean menos reales!

驴Se puede fotografiar la fe, por ejemplo? No, obviamente no. Sin embargo, entre las miles de im谩genes digitales que saqu茅 durante este viaje, con mi vieja Sony Cybershot compacta, se pueden ver algunas en las que, a mi juicio, se聽refleja la fe de nuestros mayores. Son im谩genes diversas, de ancianos venerables, de j贸venes felices, de ni帽os (隆muchos ni帽os!), que juegan y crecen rodeados de amor y de ternura... De familias grandes (no s贸lo numerosas), concebidas por personas ricas en la fe, aunque fueran pobres en otras muchas cosas (bienes materiales, formaci贸n acad茅mica, cultural, etc., etc.).

Recog铆 una imagen as铆 en mi mente mientras escuchaba al Dr. Eduardo Bedrossian 鈥揹estacado m茅dico, docente y escritor, suegro de una de mis hermanas-, pronunciar unas palabras acerca del valor de la familia, antes de bendecir la mesa, durante una cena que compartimos en su casa. Su padre Agop Bedrossian 鈥搚a con el Se帽or-, sobrevivi贸 de forma providencial, siendo apenas un ni帽o, al primer genocidio del siglo XX, en el que un mill贸n y medio de armenios (incluida la familia de Agop), murieron masacrados por las milicias de los J贸venes Turcos. Su fe, de confesi贸n cristiana evang茅lica, fue el cimiento sobre el que forj贸 una fecunda historia familiar y un legado humano, cultural y espiritual que, tres generaciones despu茅s, sigue siendo fuente de bendici贸n e inspiraci贸n para muchas personas y familias.

Obtuve otra imagen similar mientras visit谩bamos el pueblo natal de mi esposa Miriam: General Lamadrid (provincia de Buenos Aires), pueblo agr铆cola al que, a finales del siglo XIX llegara 鈥el abuelo Luis鈥 [Aguirre], un vasco poco m谩s que adolescente que, a帽os despu茅s, junto a su esposa Josefa 鈥揳mbos campesinos-, criaron y educaron doce hijos. El testimonio manuscrito de la conversi贸n de Don Luis a la fe evang茅lica, escrito de su pu帽o y letra y felizmente conservado por sus hijos y nietos, es un documento hist贸rico de la fe que sigue inspirando a m谩s de un centenar de adultos, j贸venes y ni帽os que hoy聽 componen las generaciones que le sucedieron.

aev012002Fue precisamente all铆, en General Lamadrid, donde una t铆a de mi esposa nos prest贸 un libro titulado 鈥淟a fe de mis Mayores鈥, escrito por Natalio Aldo Broda y publicado por Editorial UNILIT. El libro, de apenas 100 p谩ginas, es un precioso testimonio personal de la historia familiar de los Broda, una familia de emigrantes italianos (del Piamonte) que, a finales del siglo XIX se establecieron en la periferia de la ciudad de Santa Fe, en el norte de Argentina, para trabajar como campesinos.

El autor 鈥揘atalio Aldo, nacido en 1923- quien fue director de la Casa Bautista de Publicaciones en Buenos Aires y en El Paso (Texas), rinde homenaje en su relato a la figura de su abuela Paula, cuya 鈥渕ilagrosa鈥 conversi贸n mediante la sola lectura de la Biblia (sin contacto alguno con iglesias ni organizaciones evang茅licas), fue la mecha que encendi贸 un despertar espiritual, primero en su familia y, posteriormente, a trav茅s de la obra misionera liderada por sus hijos y nietos, estableciendo decenas de iglesias en las provincias de Santa F茅 y C贸rdoba (Argentina) y llevando a miles de personas al conocimiento de la Biblia y a la esperanza evang茅lica. (En la actualidad se calcula que los Broda son unas quinientas personas).

Natalio Broda, que califica la fe de sus mayores de, 鈥渦n legado eterno鈥, expresa el valor de esa herencia con unas palabras que tambi茅n podr铆an ser suscritas, en mayor o menor medida, por los descendientes de Agop Bedrossian y de Luis Aguirre:

鈥淐uando murieron nuestros padres, sus hijos no tuvimos ning煤n problema en repartir la herencia. No hab铆a dinero, no hab铆a casa, no hab铆a terrenos para repartir, solo un caudal en libros cristianos. Sin embargo, recibimos la mejor herencia que puede pretender todo ser humano: una inquebrantable fe en el autor de la obra de redenci贸n. Esa transmisi贸n limpia, sin mancha, de una herencia incorruptible que hizo posible que nosotros pudi茅ramos vivir la m谩s preciosa vida en la tierra...鈥. [1]

El legado de Agop, de Luis y de Paula (curiosamente, todos emigrantes) es el mismo: un bien espiritual intangible que, sin embargo, puede 鈥渧erse鈥, 鈥渢ocarse鈥 隆y a煤n fotografiarse!, en las personas de sus descendientes. A煤n cuando algunos de ellos, habituados a los beneficios de esa 鈥渞iqueza鈥 familiar, que consideran natural, no sean plenamente conscientes del inmenso valor y singularidad de esa herencia.

Es la fe en Cristo, 鈥渕ucho m谩s preciosa que el oro鈥 [2]..., un tesoro al que ninguna agencia de calificaci贸n puede 鈥渂ajarle la nota鈥..., que ning煤n Banco Central puede devaluar... El bien que debemos guardar y atesorar con mayor celo... La mejor herencia que podemos transmitir a nuestros descendientes...

La fe de nuestros mayores... 隆Precioso legado!

[1] 鈥淟a fe de mis Mayores鈥, 漏 2007, Natalio Aldo Broda 鈥 Editorial Unilit 鈥 P谩gina 91

[2] 1 Pedro 1:7 (La Biblia RV1960)

Autor: Jorge Fern谩ndez

漏 2012. Este art铆culo puede reproducirse siempre que se haga de forma聽gratuita聽y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANG脡LICA como fuente.

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