SIN ÁNIMO DE OFENDER

"Mi Esperanza"... y mi expectativa

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jorgito-gris(JORGE FERNÁNDEZ, 15/12/2011) No se si los organizadores de Mi Esperanza pensaron en ello (no creo...), pero la emisión del primer programa que dará esta noche el “pistoletazo de salida” de este extraordinario proyecto, coincide con el día de mi 52º cumpleaños. Así que hoy, 15 de diciembre, ¡celebraré por partida doble! Por un lado, la fecha de mi nacimiento natural y, por otro lado, celebraré “Mi Esperanza”, y trataré de hacerlo –igual que muchos creyentes evangélicos en toda España-, compartiendo “esa” -“mi esperanza”- con amigos y vecinos no creyentes.

Al fin y al cabo, ¿hay algo más valioso que alguien pueda ofrecer a sus amigos? La esperanza, ya se sabe, no cotiza en bolsa pero, en los tiempos que corren, es un bien escaso y de inmenso valor.

Recuerdo un cartel colgado, hace muchos años, en la habitación de un amigo, con unas palabras junto a una foto de Martin Luther King: “Si supiera que mañana el mundo se va a desintegrar, igual plantaría hoy mi manzano”. ¡Qué frase tan poderosa! Encierra un gran concepto: la naturaleza y el poder de la esperanza cristiana. ¡Es mucho más que una metáfora, o una frase bonita! Es una realidad espiritual experimentada por millones de creyentes, de todos los tiempos y en todo el mundo. Es la experiencia de quien, ante las tempestades y los vientos de la vida, tiene sus pies plantados firmes sobre la Roca... que es Cristo mismo, el autor y consumador de nuestra fe.

La esperanza cristiana es un recurso tan poderoso que, al parecer, sólo puede ser definida con grandes frases. Así, además de aquel cartel de Luther King (aunque la frase original, si no recuero mal, es de Lutero), en el Nuevo Testamento encontramos otra, igualmente impactante. Es la que le dedica el apóstol San Pablo al patriarca Abraham –“padre de la fe” y antepasado común de judíos, cristianos y musulmanes- de quien dice que: “creyó en esperanza contra esperanza” (Romanos. 4:18). ¡El mismo concepto! La misma experiencia...

Una esperanza que es como una lámpara en medio de la noche más oscura.

Una esperanza que permite al creyente sacar fuerzas de debilidad, convertir las lágrimas en fuente y las amenazas en victorias...

Una esperanza que nos abre las puertas a la Gracia y el Poder de Dios, cuando ya se nos han cerrado todas las demás, y cuando ya hemos agotado todos nuestros recursos humanos...

Una esperanza que es como “...un ancla firme y segura para el alma, que penetra a través del velo...” (Hebreos 6:19). O sea, que no sabemos muy bien “dónde” -porque hay un velo de misterio que aún nos separa de la presencia del Dios eterno y de Su trono-, pero sí sabemos que está muy bien sujeta, y nos sostiene en nuestra debilidad, desde la eternidad y hasta la eternidad.

¡Una esperanza inagotable e indestructible!

MI EXPECTATIVA...

Según la organización de este evento, casi 1400 iglesias locales, pertenecientes al  más amplio arco evangélico-protestante español, están involucradas activamente en el mismo. Y unos 8.500 “Hogares Mateo” estarán, durante los próximos tres días, recibiendo en sus casas a sus amigos y vecinos no creyentes, para ver juntos los programas televisados (o en DVD), escuchar los testimonios y el mensaje que contienen, e invitarles a recibir la esperanza en Jesucristo.

Además, los programas serán emitidos en abierto, por la TDT y por Internet, llegando a toda España y a todo el mundo de habla hispana, lo que multiplica el alcance potencial de la iniciativa.

Por eso, además de esperanza, yo tengo hoy una gran expectativa. Porque, si es verdad -como algunos pensamos-, que la peor crisis en la que nos encontramos inmersos no es una crisis económica, sino una crisis espiritual y de valores, poco cabe esperar de los gobiernos, de las empresas, de los sindicatos o de otras instituciones -nacionales y europeas-.

No obstante, si "Mi Esperanza" (me refiero al proyecto), sirve para alcanzar con el mensaje de la esperanza en Jesucristo a miles de hogares españoles... ¡Entonces sí que nuestro país podrá estar ante un escenario nuevo (¡inédito!), y con un horizonte amplio y esperanzador!

Esas son hoy, mi esperanza y mi expectativa.

Autor: Jorge Fernández

© 2011. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.

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