EDITORIAL

Una Pascua para nuestra "Recuperación"

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Para Aquel que es "la Resurrección", la "recuperación" es poca cosa...

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(EDITORIAL, 16/04/2014) "Recuperación", es la palabra de moda en nuestro país. En torno a ella giran las promesas, las expectativas, las ilusiones y las incertidumbres de millones de ciudadanos, incluida nuestra clase dirigente.

"La recuperación va sobre ruedas", afirmaba ayer la ministra de Empleo, Fátima Báñez, reclamando "más confianza en España". Sin que a nadie se le escape lo evidente: que esas ruedas giran "cuesta arriba" y a marchas forzadas, en un contexto de crisis en el que, el horizonte más esperanzador --según advertía esta semana el BBVA-- ¡es recuperar los niveles de empleo de 2007 (que ya eran malos, con 2.129.547 parados), dentro de 10 años!

Otra cosa será "recuperar" el poder adquisitivo, el bienestar y las garantías sociales que teníamos entonces. Un informe reciente revelaba que España es, de lejos, el país de la OCDE donde más han aumentado las desigualdades económicas entre ricos y pobres con la crisis.

La precariedad laboral y la caída de los salarios son "las dos orejas" del lobo que acecha a los trabajadores españoles detrás del tímido y lento crecimiento del empleo.

En paralelo, los severos recortes en gastos sociales no solo nos alejan indefinidamente del "Estado del bienestar", sino que amenazan con quitarnos la red asistencial sobre la que, cual temeraria funambulista, sobrevive con dificultad la clase media española, sobre cuyas espaldas pesa el pago del rescate a la Banca, el objetivo de "déficit cero" y, en definitiva, el peso de la recuperación, con una creciente e injusta carga tributaria que la empuja al abismo.

Si se confirman las sospechas de la Plataforma del Tercer Sector, y el Gobierno saca adelante una reforma de la Ley de Subvenciones en la que está trabajando, en los términos en los que se está planteando, podrían desaparecer más del 90% de las ONG en España, lo que supondría dejar en el más absoluto desamparo a miles de familias beneficiarias del trabajo asistencial de estas organizaciones.

Desmantelada la red asistencial, solo nos queda la familia... Pero las familias ya no dan para más. El número de trabajadores jóvenes o de mediana edad que han tenido que volver a casa de sus padres y de familias que viven de la jubilación de sus mayores, es cada vez mayor.

Pero si la recuperación de nuestra economía, del empleo y de los derechos sociales se antoja cuesta arriba, mucho más difícil parece la recuperación de la confianza de la ciudadanía en la clase política, lo que supone un hecho grave y nada deseable.

Enzarzados en luchas partidistas y con un ojo siempre puesto en el calendario electoral, nuestros políticos dan la impresión de no estar a la altura de las difíciles circunstancias que atraviesa el país . Los escándalos de corrupción, las presiones sobre los jueces y los indultos sospechosos, no contribuyen a la recuperación de la confianza, más bien al contrario.

La desafección entre ciudadanos y políticos crece, lo que hace que todo intento de  recuperación sea frágil, como frágil es el cimiento sobre el que hoy se sostiene la paz social en nuestro país.

ESPERANZA SIEMPRE...

¿Y entonces qué? ¿Ante semejante panorama, nos queda algún motivo para el optimismo?

Optimismo, depende. Pero "esperanza", ¡toda! Siempre que nuestra esperanza esté puesta en Aquel cuyo reino es inconmovible y su misericordia es para siempre.

A Martín Lutero le atribuyen la siguiente frase: "Si supiera que el mundo mañana se v a desintegrar. igual hoy plantaría mi árbol". Esa actitud, es fruto de la esperanza cristiana.

Como cristianos protestantes y evangélicos decimos ¡Sí! ¡Esperanza siempre! "...porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros" [1].

Aprovechemos esta Pascua para volvernos a Dios de corazón, con humildad, con  arrepentimiento y con fe, como nos aconseja el profeta Isaías: "Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar" [2].

Entonces, es posible que comprendamos que, para Aquel que es "la Resurrección", la "recuperación" es poca cosa...

Autor: Editorial | Madrid, 16/04/2014

[1] 1 Corintios 5:7

[2] Isaías 55:7

[3] San Juan 11:25