LA ENTREVISTA

EL PAÍS entrevista a Asia Bibi, la cristiana condenada a muerte en Pakistán

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noticia2277-300(SHEIKPUHURA, PAKISTÁN, 21/02/2011) Ana Gabriela Rojas, corresponsal de EL PAÍS en Pakistán, consiguió entrevistar a Asia Bibi, la mujer cristiana condenada a la horca por presunta blasfemia contra "el Profeta", acusación que ella niega tajantemente: "Yo no cometí blasfemia. Nunca hablaría en contra del Profeta", afirma Bibi.

Fueron apenas 20 minutos los que se le concedieron a la corresponsal, y bajo la más estricta vigilancia del superintendente de la prisión. No obstante, la entrevista, publicada en la edición impresa de ayer, domingo 20, es un documento revelador que muestra la injusta situación que afecta a esta mujer de 45 años, madre de cinco hijos, cuyo único "pecado", según textuales palabras de la corresponsal, es "ser cristiana en un país islámico".

A pesar de su situación, Bibi no se muestra tan preocupada por sí misma - "Confío en que Dios me ayudará a salir de aquí" - como por la suerte de su familia, que también está amenazada: "Me preocupan más ellos que yo".

Explica que las horas le parecen eternas: "No hay mucho que hacer en la prisión". Sus únicas ocupaciones son leer la Biblia y otros textos religiosos (algunas fuentes describen su fe como "cristiana protestante"), y cocinarse sus tres comidas diarias, asegura.

Su peor amenaza

Por increíble que parezca, la sentencia capital que pesa sobre ella no es la peor amenaza contra su vida, sino el precio que un "clérigo" radical ha puesto sobre su cabeza: 4. 400 euros para quien la asesine. Una recompensa para la que no faltan candidatos, dentro del reducido pero peligroso círculo del extremismo religioso.

La ley de la blasfemia fue introducida en el código penal de Pakistán en los años ochenta, durante el mandato del dictador Muhammad Zia ul Haq en un proceso de "islamización de las leyes". Los que piden enmendar o abolir esta ley aseguran que "es un arma que se usa en venganzas personales o está motivada por prejuicios de religión, sectas o etnias".

Según los medios pakistaníes, hasta 1000 personas han sido condenadas por blasfemia desde 1986. Aunque ninguna condena ha sido finalmente ejecutada, unos cuarenta de los que han sido liberados han acabado siendo asesinados por grupos extremistas.

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