#500REFORMA / ALEMANIA
Lutero regresa a Wittenberg
La ciudad alemana donde MartÃn Lutero publicó en 1517 las 95 tesis que darÃan lugar a la Reforma protestante celebra el quinto centenario de ese acto
(WITTENBERG, 28/05/2017) En la puerta de la iglesia de Todos los Santos, Âtambién llamada iglesia del Castillo de Wittenberg, en la que según la tradición clavó MartÃn Lutero las 95 tesis que conducirÃan a la Reforma protestante, hay cola para fotografiarse. A esta localidad de 47.000 habitantes, a una hora de BerlÃn, llegan estos dÃas decenas de miles de peregrinos para celebrar el inicio de las conmemoraciones del quinto centenario de aquel acto subversivo, que culminarán en otoño en la fecha exacta del aniversario: 31 de octubre.
En ese dÃa de 1517, vÃspera de la festividad de Todos los Santos, Lutero publicó sus 95 tesis contra la venta de indulgencias a las almas pecadoras Ây financiar asà la construcción de la nueva basÃlica de San PedroÂ, y contra la corrupción en la Roma papal. No pretendÃa una ruptura con la Iglesia católica, sino una reforma, pero los vientos de la historia hicieron que de la pugna religiosa se pasara a la lucha por el poder y a los campos de batalla, que ensangrentaron Europa. Y al final, al nacimiento de una nueva rama del cristianismo, y a un cambio radical en la esfera del pensamiento.
"Lutero distribuyó sus tesis, las dio a conocer; que las clavara en esa puerta es una leyenda, no existen pruebas documentales de ello; para empezar, un profesor universitario como él no hubiera realizado una tarea manual como clavar un papel con un martillo, como mucho le hubiera encargado ese trabajo a un artesano", recuerda el pastor Christof  Vetter, portavoz de los organizadores del jubileo de la Reforma 2017, mientras señala el macizo portalón de doble hoja, coronado por una crucifixión policromada.
"Lutero distribuyó sus tesis; que las clavara en esa puerta es una leyenda", recuerda el pastor Christof Vetter
"Y por supuesto esa puerta no es la original Ârecalca VetterÂ. La del siglo XVI quedó destruida en la Segunda Guerra Mundial, y un artista realizó esta que vemos". En efecto, salta a la vista que el portón no es el que conoció Lutero, pues tiene grabadas las 95 tesis que él lanzó. En todo caso, el teólogo no predicaba aquÃ, sino en la Stadtkirche St. Marien (iglesia de la ciudad, dedicada a santa MarÃa), a poca distancia.
Casi toda la vida de MartÃn Lutero (1483-1546) transcurrió en la Alemania central, en ciudades de los actuales länder de Sajonia-Anhalt y Turingia, entonces territorio del Electorado de Sajonia. Nacido en Eisleben, Lutero estudió en la Universidad de Erfurt y, tras profesar como fraile agustino y ordenarse sacerdote, viajó a Roma, donde se escandalizó ante el lujo en que vivÃan el papa --Âse trataba de León XÂ-- y los prelados. En 1512 se instaló en Wittenberg para culminar sus estudios universitarios. Aquà se doctoró en TeologÃa y aquà dio clases de Sagrada Escritura en la universidad.
Murió a los 62 años en su localidad natal, Eisleben, que comparte con Wittenberg el honor de llevar el apellido del reformador en su nombre oficial: ambas son Lutherstadt (ciudad de Lutero). Los edificios relacionados con él en Eisleben y Wittengberg son patrimonio de la humanidad de la Unesco desde 1996.
En la puerta de la iglesia de Todos los Santos, Âtambién llamada iglesia del Castillo de Wittenberg, en la que según la tradición clavó MartÃn Lutero las 95 tesis que conducirÃan a la Reforma protestante, hay cola para fotografiarse
La vertiente comercial arrecia: se vende de todo con la efigie del teólogo, incluida una figurita de Playmobil
Las dos ciudades se enorgullecen del legado del teólogo que dio un golpe de timón al curso de la cristiandad, y en Wittenberg eso se palpa en cada esquina, también en su vertiente comercial, a decir verdad algo desaforada. En las tiendas y puestos que jalonan la vÃa hacia la Marktplatz, la plaza del mercado en la que se alza la estatua de Lutero junto a la de otro ilustre residente del siglo XVI y colaborador suyo en la Reforma, Philipp MelanchtonÂ, se vende de todo en su honor.
Hay Lutherbrodt (pan de jengibre de Lutero); ositos de peluche a imagen del reformador; licores y galletas con su efigie tal como la pintó Lucas Cranach, que también residÃa en Wittenberg; y calcetines y cojines con sentencias célebres, como Hier stehe ich, ich kann nicht anders (Aquà estoy, no puedo obrar de otra manera), frase supuestamente pronunciada por Lutero en 1521 ante la Dieta de Worms, cuando rechazó retractarse.(En las actas no aparece tal frase; es otra de las leyendas que le rodean, e ilustra su gran impacto en la cultura popular.) En el ámbito alimentario, hay a la venta incluso Lutherpasta y Lutherburger, especialidades que habrÃan dejado a Lutero boquiabierto.
Pero el máximo hito es la figurita de Playmobil de Lutero, vestido de negro, con pluma y Biblia abierta Âel teólogo tradujo la Biblia al alemán, y fijó asà el estándar de la lengua alemanaÂ, que ha sido tomada al asalto por niños y coleccionistas en toda Alemania. La empresa ha vendido hasta ahora más de 750.000 figuritas, un récord juguetero en el paÃs.
En este contexto de euforia luterana, Wittenberg espera a medio millón de turistas este verano. Para actividades relacionadas con el aniversario se han invertido en la ciudad 50 millones de euros, de procedencias diversas. "Si bien en los últimos dÃas están visitando la ciudad muchas personas por motivos religiosos, las actividades que tenemos en el programa no están concebidas sólo para cristianos practicantes; quieren reflejar la cultura de la época y su vinculación con Lutero", defiende Jochen Kirchner, teniente de alcalde de Wittenberg, en la sala de actos del Ayuntamiento, presidida por un enorme fresco que representa a Lutero ante la Dieta de Worms. "Queremos traer de nuevo a Wittenberg lo que de aquà salió hacia el mundo en el siglo XVI; queremos analizar lo que la Reforma ha hecho con la Iglesia protestante y también lo que la Reforma significa para nosotros hoy y en el futuro", añade el gerente del programa, Ulrich Schneider.
La gran fiesta de los luteranos junto al Elba Anoche pernoctaron al raso en Wittenberg miles de participantes del Kirchentag, el congreso bienal de los protestantes alemanes, que se ha celebrado en BerlÃn, con la participación estelar el jueves de Barack Obama, expresidente de Estados Unidos, que dialogó con la canciller, Angela Merkel, con la puerta de Brandemburgo como telón. Ayer salÃan de BerlÃn trenes cada diez minutos para transportar a Wittenberg a los peregrinos, que hoy tendrán un servicio religioso en un prado a orillas del rÃo Elba. Se calcula que se congregarán entre 140.000 y 200.000 personas. De la población alemana actual (82,2 millones), quienes se declaran creyentes son en su mayorÃa cristianos: 23,8 millones son católicos y 22,3 millones son protestantes. Wittenberg formaba parte de la extinta República Democrática Alemana (RDA), "por lo que, tras 40 años de comunismo, la religiosidad aquà es baja", musita el pastor Christof Vetter. Según la Federación Luterana Mundial (LWF, por sus siglas en inglés), hay 72 millones de luteranos repartidos en 98 paÃses. A ello hay que añadir que todas las confesiones evangélicas surgidas desde el siglo XVI beben de los postulados de Lutero. |
Actividades aparte, de visita ineludible es la llamada Lutherhaus (casa de Lutero), un antiguo monasterio en el que Lutero habÃa vivido como agustino, y donde volvió a instalarse años después al cederle su uso el prÃncipe elector de Sajonia, Federico III el Sabio. Entre sus paredes transcurrió su vida con Catalina Bora, la exmonja huida del convento con la que se casó en 1525 y con la que tuvo seis hijos. Y ahà instruyó a estudiantes que afluÃan en número cada vez mayor; se conserva la estancia original donde se desarrollaban esas conversaciones.
"Federico el Sabio dejó hacer a Lutero, a la espera de que se viera quién ganaba finalmente la partida, si el Papa y el emperador, o si se imponÃan los prÃncipes", recuerda Camilo Seifert, gerente del panorama Luther 1517, del artista Yadegar Asisi. Entramos en este edificio cilÃndrico, y en la sala interior el espectador se ve envuelto e inmerso, como en los panoramas que se pintaban en el siglo XIX para reproducir batallas o desastres naturales, pero con tecnologÃa digital, en escenas de la vida de Lutero en Wittenberg.
Pero la gran apuesta cultural es la exposición Lutero. 95 personas, 95 tesoros, una de las tres grandes exposiciones nacionales con las que Alemania celebra el quinto centenario del inicio de la Reforma. (Las otras dos son: El efecto Lutero, sobre su impacto en el mundo, en BerlÃn; y Lutero y los alemanes, en el castillo de Wartburg, en Eisenach.)
La muestra de Wittenberg, que puede visitarse hasta el 5 de noviembre en el Augusteum Âun edificio anexo a la Lutherhaus, de construcción posteriorÂ, está dedicada a las personas que trataron a Lutero o en quienes el reformador ejerció influencia, fueran o no de fe protestante. Vemos ahà a personajes dispares, desde el compositor Juan Sebastián Bach, hasta el teólogo Dietrich Bonhoeffer, el defensor de los derechos civiles Martin Luther King, la escritora Astrid Lindgren, o el cineasta y escritor Pier Paolo Pasolini, que escribió Cartas luteranas. Hasta ahà ha llegado la influencia mundial del monje que se indignó por unas indulgencias.
Fuente: La Vanguardia