INTERNACIONAL / EUROPA

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(BERLÍN, 26/05/2017) Se llama química, y la tienen entre sí el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, de visita en Berlín, y la canciller de Alemania, Angela Merkel. Y la tiene también Obama con muchos alemanes, a juzgar por la ovación con que fue recibido en el escenario ubicado ante la puerta de Brandemburgo, en el que el visitante y la anfitriona debatieron ayer sobre democracia, política y religión en el marco del Kirchentag, el congreso bienal de la Iglesia evangélica alemana.

Du bist ein Berliner (eres un berlinés), decía una pancarta, remedando la famosa frase de Kennedy en 1963. A Obama le llovieron aplausos de las 70.000 personas congregadas para la ocasión en la icónica puerta y en las calles adyacentes. Era imposible moverse. "Hay una narrativa llena de miedo y xenofobia, de nacionalismo e intolerancia, y de tendencias antidemocráticas", alertó Obama, llamando a contraatacar. "En este nuevo mundo en que vivimos, no podemos aislarnos; no podemos escondernos tras un muro", afirmó.

También Merkel abogó por el mundo global. Así, defendió su política de asilo, tanto la decisión de abrir puertas a los refugiados en 2015, como el pacto con Turquía el año pasado para frenar las llegadas, como las medidas actuales para devolver a sus países a quienes, a su juicio, no necesitan ser acogidos. Al decir esto último, le cayeron silbidos del público. "No podemos pensar sólo en meses, debemos pensar en años; y mirar siempre adelante", razonó. Y recordó que cuando ella era joven y vivía en la RDA, las personas que sostenían que el muro de Berlín acabaría cayendo eran ridiculizadas. Pero el Muro al fin cayó.

Ni el uno ni la otra mencionaron al presidente de EE.UU., Donald Trump, aunque Obama dijo que se sentía orgulloso de su reforma sanitaria, "que ahora está en peligro". No era este el primer viaje a Europa de Obama tras dejar la presidencia ­el 9 de mayo estuvo en Milán en un simposio sobre alimentación­, pero el calendario quiso que su presencia en Berlín coincidiera con la gira de Trump, que ayer estaba en Bruselas. Obama alabó a Merkel por "su sobresaliente trabajo, no sólo en Alemania sino en el mundo".

Había ayer fuertes medidas de seguridad: ­dos mil agentes desplegados en la ciudad, helicópteros sobrevolando la zona, tiradores en las alturas­, reforzadas tras el atentado de Manchester. Al respecto, Obama dijo en su nombre y en el de Merkel que ambos tenían "el corazón roto por la pérdida de vidas humanas". La canciller había desayunado con él, y después del debate voló a Bruselas, donde anoche cenó con ­entre otros­ Donald Trump.

Fuente: La Vanguardia / Edición: Actualidad Evangélica