500 AÑOS DE REFORMA - por Juan Manuel Quero
«ICZIS» el símbolo de la unidad y de la proclamación
(JUAN MANUEL QUERO, 06/05/2016) | Aunque se suele pronunciar por muchos como «ictus» o «icthys», yo prefiero trasladar la pronunciación en griego directamente al castellano, sin tener que pasar por el inglés, llamándolo así, tal como aproximadamente se pronunciaría en griego «iczis».
Este es el acrónimo griego «ΙΧΘΥΣ», cuyo significado es: «Ιησού Χριστέ, Υιέ του Θεού, Σωτήρα», que se traduce como «Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador». Explicado de otra forma: I = Iesous (Jesús); Ch = Christos (Cristo); Th = Theou (Dios); U = Uios (Hijo); S = Soter (Salvador).
"los primeros cristianos decidieran usarlo como un acrónimo de unidad, sobre todo en tiempos de persecución. La identificación, al parecer, se daba cuando uno de los seguidores de Cristo, dibujaba un arco superior, respondiendo el otro con otro arco opuesto, que formaría el icono" |
Me estoy refiriendo a uno de los símbolos más importantes y antiguos del cristianismo. Es un icono en forma de pez, porque «pez» es lo que significa la palabra griega «ΙΧΘΥΣ», aunque, de forma muy sabia los primeros cristianos decidieran usarlo como un acrónimo de unidad, sobre todo en tiempos de persecución. La identificación, al parecer, se daba cuando uno de los seguidores de Cristo, dibujaba un arco superior, respondiendo el otro con otro arco opuesto, que formaría el icono.
Esta unidad se daba en la proclamación del evangelio; no solamente en la confesión o en la manera de identificarse como cristianos; sino, además, en el mismo hecho evangelizador, de ser «pescadores de hombres». ¿No debería ser esta la unidad «de facto» que los cristianos deberíamos de manifestar? Se forman organizaciones en pro de la unidad; se intentan quitar nombres o denominaciones, pensando que esto divide; pero ¿no es el abandono de las redes, de dejar de proclamar a Cristo, lo que realmente nos anquilosa, y nos hace perder el norte? La gran comisión del evangelio era esta: anunciar a Cristo como Hijo de Dios y Salvador; el Cristo, el Mesías. Esto no solamente contribuye en la extensión del Reino de Dios, sino que hace que el Reino sea más de Dios, más de Cristo, y más la imagen de un pueblo que está unido en los propósitos holísticos—o, para decirlo de forma más sencilla--, más genuinos de lo que es ser cristiano.
Aunque fuese un símbolo secreto, en cuanto a la identificación entre la comunidad cristiana solamente, lo era totalmente abierto, en cuanto al propósito de animarse unos a otros para evangelizar, y recordar esa Gran Comisión (Mateo 28:18-20); y era en ese trabajo amoroso y de poder que el Espíritu Santo fortalecía también a los cristianos, consolidando una unidad que se hacía misionera, y trascendía hasta lo último de la tierra.
Esta unidad que se simboliza en un pez, en un «iczis», es la que en nuestro tiempo necesitamos seguir viviendo. Es sobre esta confesión que hace Pedro, sobre la que Jesús mismo diría Pedro a sus discípulos, y por extensión a todos los cristianos, que sobre esta verdad edificaría su iglesia, en la de «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios Viviente», pues Cristo es la base de la Iglesia, el centro de la proclamación; el «Soter», la salvación que toda persona necesita (Mt. 16:15-19).
Este símbolo se conocería ya, según los datos históricos que tenemos, desde Clemente de Alejandría (180 d.C.) aparecería en las catacumbas en tiempos del Imperio Romano del Siglo II, donde los cristianos se reunían secretamente debido a la persecución.
Actualmente el «iczis» sigue siendo usado por los cristianos en general, pero ha tomado un significado muy evangélico. Son muy comunes sus representaciones en iglesias; en portadas de literatura evangélica o protestante; en redes sociales o páginas de Internet. |
Este símbolo quizás no se usó tanto en el tiempo de la Reforma Protestante, porque la situación era otra, y el nombre y los iconos del cristianismo aparecían muy contaminados por la hipocresía, los intereses religiosos y un sinfín de vicisitudes que señalaban la necesidad de una «gran reforma»; y la Protestante del Siglo XVI fue una respuesta natural a proclamar el Evangelio, la Biblia, el mensaje que explicaba el significado de que Jesucristo era el Hijo de Dios, el Salvador. Efectivamente, la salvación no podía, ni venderse ni comprarse por esfuerzos humanos, o demandas religiosas. Cristo es el Salvador de todos los que se acercan a él, sabiendo que de una forma vicaria, murió en la cruz para liberarnos, para redimirnos, porque era, y es EL SALVADOR; «y en ningún otro», (Hch. 4:12),-- ya sea personaje histórico, religión, o denominación-- hay salvación, sino sólo en él.
El cristianismo protestante y el pueblo evangélico en general, tienen poca iconografía cristiana con la que identificarse, además de la cruz. Son diferentes los motivos; pero se nos recuerda que hay que tener cuidado con todo aquello que pueda convertirse en idolatría, o dar importancia a cualquier representación, bien sea del cielo o de la tierra, que pueda desviar la mirada de la persona de Cristo, y enfatizar el medio más que el propósito; además de las mismas prohibiciones que la Biblia hace al respecto. Quizás, porque los símbolos con que podemos identificarnos son pocos, es por ello que deberíamos de enfatizarlos más, y ya no solamente por la iconografía en sí, sino por lo significado, por la realidad que debemos estar viviendo detrás de estos símbolos.
Actualmente el «iczis» sigue siendo usado por los cristianos en general, pero ha tomado un significado muy evangélico. Son muy comunes sus representaciones en iglesias; en portadas de literatura evangélica o protestante; en redes sociales o páginas de Internet. Incluso forma parte de los logotipos de distintas iglesias o denominaciones. La UEBE, (Unión Evangélica Bautista de España), de la que yo también formo parte, tiene integrado este símbolo, simulando además la cruz, y las aguas de bautismos; anunciando así de forma enfática la proclamación del evangelio que redime a las personas.
Además, es un icono muy promovido por el pueblo evangélico en general y no tanto por una jerarquía, pues no surge tanto de la institución, como del mismo creyente que testifica y se identifica con la familia del Señor. Por ello, también muchos creyentes llevan en sus coches este símbolo. Es muy común encontrarse, en muchos lugares, vehículos que llevan este icono, manifestando así, que la persona que está allí es cristiana. Nos es muy familiar el comentario que señala a alguien que pasa por allí con este icono, diciendo «este también es evangélico», o «este también es cristiano». En definitiva, lo más importante, es lo que se enfatizó, no solamente en la Reforma Protestante, sino en el cristianismo real y sincero, que tenía que proclamar, --por formar parte de su proyecto de vida--, que «Jesucristo es el Hijo de Dios, el Salvador».
Hoy, yo también escribo este medio arco; espero que tú también lo suscribas, y nos unamos en la proclamación de ese evangelio que sigue teniendo poder para transformar este mundo.
Autor: Juan Manuel Quero
© 2016. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA. Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.
Otros Artículos de Juan Manuel Quero |
---|