EN PERSPECTIVA
Amigos o Amiguismo: una opción lícita para muchos (I)
(JUAN MANUEL QUERO, 08/11/2013) | Los buenos principios para tener una vida más saludable en nuestras relaciones afectivas, están revestidos hoy de una nubilosa muy espesa. Se relativizan los valores más importantes, para dar cabida a los intereses más individuales, que terminan desdibujando lo más básico de nuestra razón de ser.
La Biblia, la cual comprende de forma muy clara, el conjunto de principios más básicos e importantes de nuestra existencia, puede ordenar de nuevo, el caos que universalmente vuelve a producirse.
Ahora bien, el problema es que la hermenéutica que se hace de la Biblia, bien en la interpretación de su mensaje, así como en su aplicación más práctica, también se ha mediatizado por los intereses personales, y a veces incluso colectivos, de alguna entidad. Cada uno quiere hacer decir a la Biblia lo que cree más adecuado para su programa. Y se hace lo contrario a lo que las Escrituras manifiestan para hacer una buena exégesis de esos principios: «ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada» (2ª Pedro 1:20).
Uno de los principios sociales, que quizás tenga menos entidad, en los estudios sociológicos, y tratados éticos y antropológicos es la amistad. Sin embargo, esto está presente constantemente en todo, y define un alineamiento de vida satisfactoria, así como podría ser lo contrario, un sentido alienado de las relaciones.
Actualmente se puede usar de forma coloquial el adjetivo «amigo», por lo que su significado puede partir desde un nivel muy superfluo hasta algo mucho más profundo. Pero esta gradación, nos puede llevar a perder el significado de lo que realmente es tener una amistad verdadera. El significado de amistad, desde su etimología hasta el uso actual, conlleva la idea de afecto por el otro. Nos habla de un amor fraterno. El libro de Proverbios, nos presenta de forma muy interesante, lo que es y lo que no es la amistad. «En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia» (Proverbios 17:17). Pero también se nos recuerda que las riquezas traen muchos amigos (19:4). En esta última observación, se nos va introduciendo lo que es el amiguismo. Uno se acerca al otro por intereses egoístas, rompiendo la pureza de la amistad. Por ende, esto lleva a un intercambio de intereses; «yo te favorezco, pero me debes una». El amiguismo es favorecer a aquellos «amigos», frente a terceros más cualificados para recibir este favor. Por extensión, esto nos podría llevar simplemente al tráfico de influencias, que tanto se denuncia en política, empresas, e incluso en el ámbito religioso. Quizás de aquí venga el dicho «hay que tener amigos hasta en el infierno»
Este tipo de amiguismo se ha dado frecuentemente a lo largo de la historia de la humanidad. Tanto ha sido así, que cuando de forma más específica se ha dado entre familiares, ha llegado incluso a adquirir un nombre concreto, «nepotismo».
En nuestros días es necesario que enfaticemos el principio de amistad verdadera. Esa que se da no solamente cuando interesa, o no conlleva problemas; sino esa, que como hemos leído en Proverbios, es para siempre, «porque en todo tiempo ama el amigo». Esa amistad es la que se manifiesta de forma especial en tiempos de angustia, de dolor, o de cualquier otro trastorno. El que es amigo, se preocupa por el otro, lo atiende, le aconseja, le presta su apoyo. El amigo no engaña al otro con lisonjas falsas, pero le presta su mano para que en las debilidades y baches de esta vida pueda sentir su apoyo, no por interés, sino por la amistad que existe. La amistad se prueba, precisamente, en los momentos de dificultad, pues el amigo es como hermano en tiempos de angustia.
Un amigo, no es un contacto de una red social. Los amigos virtuales, son eso, virtuales, un espejismo que no
solamente se da en Facebook u otras páginas de Internet, pues antes de que existiera la informática ya se daban estas amistades virtuales, con poca profundidad, que solamente aportan una imagen, una gracia, una foto; pero que se disipan en cualquier momento en el que «ya no hay cobertura».
La amistad es necesaria para el ser humano. Una persona sin amigos, es una persona que tiene amputada parte de su vida. Es verdad, que la amistad no depende de uno solamente, sino que ha de surgir de la voluntad de dos; pero comencemos a valorar más lo que esto significa. Esto es básico para no caer en amiguismos, nepotismos, u otros afectos, que más que afectos, son efectos de otras intenciones.
El ejemplo más importante, donde podemos mirarnos para comportarnos como verdaderos amigos es Jesús. Él puso bajo relieve lo que es la amistad y lo que es el amiguismo. Sería bueno, adentrarnos un poco en esto, pero nos haría falta más que unas pocas palabras, así que lo dejaremos para la próxima reflexión.
Autor: Juan Manuel Quero
© 2013. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA
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