DESDE EL CAMINO
"Gobernar la tierra"
(JUAN TRIVIÑO, 30/03/2011) Génesis 1:28 contiene unas palabras que siempre me han llamado la atención "Gobernar la tierra". Después del magnifico acontecimiento de la Creación, Dios entregó Su obra al ser humano, con una indicación clara: Gobernarla.
La tierra contenía (no me atrevo ya a decir contiene) todo lo que el ser humano iba a necesitar para cumplir el otro mandato del Señor, multiplicarse.
Han pasado miles (y miles, y miles...) de años desde aquel momento y hoy, cuando miro a la Tierra, no puedo sino sentir el dolor que emana del sufrimiento del que es maltratado, y además maltratado sin piedad.
Japón es el último de los desastres, mezcla de desgracia natural con una deficiente construcción de una central nuclear en el país con más actividad sísmica del planeta, que le hemos aplicado a nuestro maltrecho mundo.
Valoraciones aparte, porque soy más que consciente de que nuestros hermanos (somos una sola humanidad) japoneses llevan más de 11.000 muertos y 16.000 desaparecidos, nos encontramos en un momento de la historia en el que el mundo, el planeta en el que vivimos, parece gritar ¡¡BASTA!! Y aclaro por adelantado que no soy de los que ve el fin de los tiempos en cada desastre natural; creo más bien la explicación de Jesús en la que describía ese momento como la llegada de un ladrón en medio de la noche, cuando nadie lo espera, y en su segunda gran afirmación acerca de este tema, que “solo El Padre es conocedor del día y la hora” (Mateo 24).
Si dejamos de lado las loterías y predicciones que no sirven de nada, creo que debemos pensar y meditar seriamente en qué, cómo y cuándo nos vamos a poner a gobernar lo que Dios nos ha entregado sin destruirlo y sin hacer que el 20% de la población consuma el 80% de los recursos.
No creo que sea el momento de mirar a otro lado y pensar... "para lo que puedo hacer yo...". Es el momento de implicarnos en cuidar aquello que Dios nos ha entregado, ponernos manos a la obra y, allí donde Dios ha tenido a bien ponernos a cada uno de nosotros, hacer todo lo que esté en nuestra mano para hacer de este mundo un lugar mejor.
Tomar conciencia de la realidad y no mirar a otro lado es necesario para que aquellos que deseamos ser "las luces que brillan en medio de la oscuridad" podamos llevar a cabo el mandato del Señor y extender su Reino a todos los lugares donde se encuentre uno de sus hijos.
Autor: Juan Triviño
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