SILBO APACIBLE
La desacreditada autosuficiencia europea
GUILLEM CORREA, 13/04/2012 | Reconociendo las grandes aportaciones europeas a nuestra civilización también hay que poner el dedo en la llaga para recordarnos la deriva en la que hemos entrado en los últimos años/décadas.
Europa ha sido la madre de dos guerras mundiales, la inventora de las dictaduras fascistas y de las dictaduras comunistas, por no citar el expolio colonial -entre otros hechos vergonzantes-.
Incluso lo que parecía la gran aportación europea del estado del bienestar, con la actual crisis económica, ha empezado a tambalearse. Nuestros políticos, no satisfechos con humillarnos, ahora nos precarizan hasta el punto de que en círculos de expertos en servicios sociales ya se habla de los “trabajadores pobres” -para referirse a aquella parte de la población que está en el umbral de la pobreza, incluso disponiendo de un puesto de trabajo-.
Por no hablar de los que ya no tienen ni trabajo ni prestaciones sociales.
¿Qué nos está pasando en Europa?
¿Qué nos está pasando a los europeos?
Evidentemente, hay un cúmulo de factores que nos ayudarían a explicar y a medianamente entender la actual situación. De todos estos factores yo querría destacar uno que para mí es significativo.
Se trata de la autosuficiencia europea.
Los europeos hemos elegido el camino de dejar de creer en Dios, que se explica a sí mismo mediante la Biblia, para hacer de cada uno de nosotros nuestro propio dios. Nos da tanta vergüenza que se nos pueda identificar como cristianos que incluso nos negamos a reconocer en la Constitución europea nuestras raíces cristianas. Nos escondemos detrás de nuestro agnosticismo para desmarcarnos de toda espiritualidad, excepto de aquellas espiritualidades recién llegadas e inventadas no hace muchas décadas en algún rincón de los Estados Unidos o de otros países -dicho con todo el respeto-.
¿Cuándo nos daremos cuenta los europeos de que nuestra displicencia intelectual es una trampa que nos lleva a una autosuficiencia absolutamente desacreditada?
¿Tanto nos cuesta mirar en nuestro interior?
¿Tanto nos cuesta admitir que en el Dios de la Biblia podemos encontrar la consistencia que necesitamos para la vida?
¿Tanto nos cuesta dejar de mirar a la tierra para empezar a mirar al cielo?
Perdonad este artículo pero alguien tenía que decirlo.
Autor: Guillem Correa Caballé
© 2012. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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