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Viernes, 01 de Julio de 2011 01:00

Escrito por Daniel Bores García

(Daniel Bores García, 01/07/2011) Fútbol americano, baloncesto y atletismo. Carl Joseph fue un excelente deportista, destacando en todas las disciplinas por las que se interesó, aunque el fútbol americano fue el deporte por medio del cual consiguió una beca para estudiar en la universidad. Sus marcas muestran una condición física excepcional: 1´78 cm de salto de altura, 12´20 metros en lanzamiento de peso y 36´60 metros en lanzamiento de disco. Y no era difícil verle colgado de la canasta después de haber realizado un mate espectacular.

Y le faltaba la pierna izquierda.

Nunca quiso jugar separado de las personas sin discapacidad física, y aunque al principio todo el mundo recelaba, en cuanto comenzaba a jugar no había duda: todos querían estar en su equipo.

Carl Joseph en ambas imágenes

Hoy, Carl Joseph es entrenador de un equipo de fútbol americano y además es pastor evangélico. Su discapacidad fue para él un reto que superar, y siempre demostró su valía sin dejar lugar a dudas. “Siempre sentí que podía hacer con una pierna lo que el resto hacía con dos”.

Este no es el único caso de superación dentro del mundo del deporte. Nombres como Porter Ellet (jugador de baloncesto con un solo brazo), Pistorius (atleta al que le faltan las dos piernas), Enhamed Mohamed (nadador ciego) o Dick y Rick Hoyt ( padre e hijo, este último con parálisis cerebral, que llegaron a terminar un IronMan), adornan hoy las páginas más bellas y brillantes de la historia del deporte; aquellas que se llenan con historias de superación, de lucha, de esfuerzo, de sacrificio y de honor.

Aquellas que merecen la pena ser contadas, con un valor mucho más alto que las hazañas deportivas con las que nos taladran los oídos día tras día. Aquellas que deberían ser narradas a esos niños que dicen que no son capaces, a esos adolescentes que creen que no pueden, a esos hombres y mujeres que se sienten inferiores, y a aquellos ancianos que piensan que ya no sirven para nada.

Gracias a todos los que, de alguna manera, hacéis más grande el deporte en la medida en que os hacéis grandes siendo pequeños, fuertes siendo débiles, todo siendo nada.

Gracias, Campeones.

Autor: Daniel Bores

© 2011. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.