ANÉCDOTAS DE UN PASTOR JUBILADO (17) / por MÁXIMO GARCÍA RUIZ
Villaverde-Getafe. Solidaridad
"Después de un rato, alguien nos avisó que el microbús estaba ardiendo. Efectivamente, así era. Nunca hemos sabido si fue un mero accidente o un atentado de algunos ultras a quienes no les gustaba nuestra actividad".
Foto de Adam Wilson en Unsplash
(Redacción, 25/02/2025) Nos remontamos una vez más al año 1968. La Iglesia bautista de Villaverde florecía. Los proyectos iban sucediéndose uno a continuación de otro. Entre los miembros de la iglesia había dos mujeres, recientemente convertidas, naturales de Getafe, aunque residentes en Villaverde Bajo. Una tercera, seguía residiendo en Getafe.
Se nos planteó el reto y, dicho en el lenguaje taurino de la calle, “cogimos el toro por los cuernos” y nos planteamos abrir un punto de misión en Getafe.
La primera acción que nos planteamos fue sembrar Getafe de folletos evangelísticos. Un día a la semana, junto a Wenceslao Cueva, nos desplazábamos ambos a Getafe para repartir folletos. Organizamos, además, una extensa batida con un buen número de miembros de la Iglesia para hacer más efectivo el primer impacto de promoción. Pedro Maldonado, miembros de la iglesia, tenía un microbús y lo puso a disposición para trasladar a los repartidores de folletos. Allí nos presentamos y, con el fin propuesto, recorrimos Getafe.
La tarea de siembra continuó. Poco a poco se fue formando un grupo de creyentes. Se unieron algunos miembros procedentes de las congregaciones de Vallecas y de Usera. Alquilamos un pequeño local para celebrar cultos. Más adelante acepamos la oferta de los misioneros Calos y Nela Whitten de ocuparse de la tarea pastoral. A esa pareja les seguiría el matrimonio de misioneros brasileños Antonio y Deolinda Galbao. Más tarde sería Carlos López Lozano el que se incorporaría como pastor. Y la historia de la iglesia de Getafe siguió su curso.
***
Pero volvamos a sus orígenes. En una de esas batidas que hicimos para sentar las bases de lo que llegaría a ser la Iglesia bautista de Getafe, el grueso de miembros fue trasladado en el microbús del que Maldonado se servía para su trabajo. Esas batidas misioneras eran una fiesta para los miembros de la Iglesia de Villaverde. Getafe era nuestro punto de misión y estábamos comprometidos a levantar una iglesia con el esfuerzo de todos.
Maldonado aparcó en un lugar céntrico durante el tiempo que durara el reparto de folletos. Después de un rato, alguien nos avisó que el microbús estaba ardiendo. Efectivamente, así era. Nunca hemos sabido si fue un mero accidente o un atentado de algunos ultras a quienes no les gustaba nuestra actividad. El caso era que Maldonado se quedaba sin su herramienta de trabajo y eso era muy grave.
El microbús no tenía un seguro a todo riesgo. Pusimos en marcha una acción solidaria y, fruto de la espléndida generosidad de los hermanos, Pedro Maldonado pudo recuperar su microbús.
Autor: Máximo García Ruiz. Febrero 2025 / Edición: Actualidad Evangélica
© 2025- Nota de Redacción: Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.
*MÁXIMO GARCÍA RUIZ, nacido en Madrid, es licenciado en Teología por la Universidad Bíblica Latinoamericana, licenciado en Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca y doctor en Teología por esa misma universidad. Profesor de Historia de las Religiones, Sociología e Historia de los Bautistas en la Facultad de Teología de la Unión Evangélica Bautista de España-UEBE (actualmente profesor emérito), en Alcobendas, Madrid y profesor invitado en otras instituciones. Pertenece a la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Ha publicado numerosos artículos y estudios de investigación en diferentes revistas, diccionarios y anales universitarios y es autor de 31 libros y de otros 14 en colaboración, algunos de ellos en calidad de editor.
| Otros Articulos de Máximo García Ruiz |
|---|
