LA HISTORIA DE LA IGLESIA A TRAVÉS DE LOS AVIVAMIENTOS - POR JUAN MANUEL QUERO
"Se abriría un nuevo tiempo, debido también a los descubrimientos del explorador británico, James Cook (1728-1779), quien en sus diferentes periplos por el Pacífico cartografió lugares que hasta ese tiempo no fueron explorados o no se conocían lo suficiente. Estos trabajos pudieron ser usados por el Espíritu Santo para inspirar y motivar en la labor misionera".
David Brainerd en un poblado indio. «Quem foi David Brainerd?» / «Tulipa Reformada».
(JUAN MANUEL QUERO, 09/12/2022) | Teniendo en cuenta lo comentado en el artículo anterior, ahora surgirá un énfasis misionero nuevo, tanto en su forma como en su magnitud. Ya se habían organizado algunas sociedades misioneras, y el pietismo alemán también promovió[1] las misiones danesas, además de que los moravos tendrían también una notable actividad misionera.
En el contexto del Primer Despertar, con la influencia de predicadores como Whitefield y de Jonathan Edwards, sería David Brainerd (Connecticut 1718-1747), que era un pastor congregacionalista, quien ya realizaría importantes trabajos misioneros entre los indios mohicanos de New York, donde abriría una escuela para niños nativos y traduciría algunos salmos de la Biblia. También trabajó en Delaware, Pensilvania. Donde tendría una labor más frutífera, sería entre los indios de Crosswicksung, en New Jersey, a pesar de su frágil salud y de la ausencia de organizaciones misioneras en EE. UU. Su dedicación fue valiente y ejemplar. Fue apoyado por la «Sociedad Misionera Escocesa». Su prometida era la hija de Jonathan Edwards, quien intentó que fuese curado de una fuerte tuberculosis cuando tan solo tenía 29 años. Finalmente murió dejando unas palabras de despedida a su novia Jerusha: «Si pensara que no te voy a volver a ver y ser feliz contigo en el otro mundo, no permitiría partir sin ti. Pero tenemos toda una eternidad de felicidad por delante para compartirla juntos.» Un año después Jerusha también partiría con el Señor.
Ahora, se abriría un nuevo tiempo, debido también a los descubrimientos del explorador británico, James Cook (1728-1779), quien en sus diferentes periplos por el Pacífico, cartografió lugares que hasta ese tiempo no fueron explorados o no se conocían lo suficiente. Estos trabajos pudieron ser usados por el Espíritu Santo para inspirar y motivar en la labor misionera.
William Carey
Uno de los misioneros que se sentirían llamados a predicar el Evangelio en estos lugares, concretamente en India, sería Guillermo Carey, considerado el «padre de las misiones modernas». Un chico que ejercía como zapatero remendón, pero que fue un predicador bautista especialista en lingüística y en botánica. Se cuenta de él que mientras reparaba los zapatos en su taller, estaba rodeado de notas que en griego preparaba en sus estudios exegéticos de la Biblia. Sería su libro, Enquiry into the Obligation of Christians to use Means for the Conversion of Heathens (Investigación de la obligación de los cristianos de emplear medios para la conversión de los paganos), y su sermón basado en Isaías 54:2, y 3, que dice los siguiente: «Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas». Fue predicado ante líderes bautistas y sería el impulso para iniciar la «Sociedad Bautista para la Propagación del Evangelio entre los paganos».
Son famosas las palabras de Carey en la predicación mencionada anteriormente, que con base en el texto bíblico dicen: «Para esperar grandes cosas de Dios, tenemos que emprender grandes cosas para Dios». Esto llevaría también a la formación de la «Sociedad Misionera de Londres». Posteriormente, todo un despliegue misionero se daría en EE. UU.
Como recordarán, en 1792 los bautistas en Inglaterra formaron la primera sociedad misionera moderna y enviaron a Guillermo Carey a la India. La adopción de los principios bautistas por Adoniram Judson y Lutero Rice, rumbo a Birmania, condujo a la organización de la Convención General Misionera Bautista en 1814; y desde entonces los bautistas han estado a la vanguardia en el esfuerzo misionero y en el éxito.[2]
Sobre Carey habría que decir mucho más, pero recomiendo también la lectura de los expuesto en mi libro de Teologismos: una perspectiva diferente, de donde entresaco lo siguiente:
La escasez de medios para enviar y sostener a un misionero en la India podría hacer impensable la labor de Carey. La oposición de su familia para ir a la India no fue muy inspiradora. Los obstáculos del gobierno para permitir la entrada al país serían otra traba. La muerte de un hijo de 5 años al poco tiempo de llegar a la India sería un revés muy duro. Otro golpe sería la enfermedad de su esposa (disentería) que le llevaría a la locura, hasta fallecer poco más tarde. Y así se podrían indicar muchas de las dificultades que Carey tuvo que atravesar, pero en todas ellas Dios le dio fuerzas y esperanza para seguir la andadura misionera, no como un antojo romántico, o como una mera iniciativa personal, sino como una gran empresa en la que él sentiría el privilegio de ser colaborador.[3]
Es importante entender también el tipo de enfoque misionero de este tiempo, como sería el que daría en su proyecto Guillermo Carey. En su trabajo daría una destacada relevancia a la enseñanza, siendo docente en diferentes colegios, algunos de los cuales serían abiertos por él mismo como un apoyo complementario a la tarea pastoral y a la evangelización. Algunos de estos colegios serían para ayudar en la alfabetización de los niños más pobres que no tenían recursos para ello. Además, seguiría los métodos más relevantes e innovadores que se estaban dando desde la pedagogía protestante que estaba implantándose. La labor benéfica sería para Carey un elemento más de una evangelización misionera, que tenía que obedecer a un evangelio más integral en su expresión y proyección.[4]
Cabe mencionar también a otros misioneros que en este tiempo hay que poner sobre relieve por la labor realizada, y por lo que se puede ver en ellos respecto a la influencia de estos avivamientos. Uno de los más conocidos como explorador y descubridor de nuevas rutas en África fue el teólogo y médico David Livingston, que nació en Blantyre, Reino Unido (1813) y falleció en Zambia (1873). En realidad no tenía el propósito principal de la exploración y del estudio del continente africano, sino que la causa mayor fue la que respondió a un llamamiento misionero. Inicialmente tenía como objetivo ir a China con este sentido, pero estando cerradas las puertas por la Guerra del Opio, y después de conversar con el misionero escocés Robert Moffat, quien sería su suegro, ya que contraería matrimonio con su hija Mary Moffat, se dirigiría a África. Haría tres viajes con propósitos diferentes, pero siempre bajo la premisa misionera.
Reflexionando en todo ello, y en la forma en la que Dios se movió en la tarea misionera, es recomendable preguntarnos lo siguiente: ¿Cómo podemos organizarnos en nuestros días para que más misioneros lleguen a los lugares despoblados de testimonio evangélico?
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** Notas:
[1] Leon McBeth. Ob. cit., p. 80.
[2] Jesse Lyman Hurlbut. Ob. cit., p. 119.
[3] Juan Manuel Quero Moreno. Teologismos: una perspectiva diferente. Málaga: Impreso en Publidisa, 2015, p. 96.
[4] Cf. Juan Manuel Quero Moreno. El protestantismo en la renovación del sistema educativo de España. (Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2008).
Autor: Juan Manuel Quero Moreno
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