SILBO APACIBLE / por GUILLEM CORREA
Daniel González, adiós a uno de nuestros patriarcas
Daniel González junto a su esposa Carme Martí /Ampliar
GUILLEM CORREA, 19/04/2018 | Con la marcha de Daniel González, a la presencia del Señor, la Comunidad Protestante de Cataluña pierde uno de sus patriarcas.
Daniel fue una de aquellas figuras del protestantismo presidido por la sobriedad en la palabra y en el gesto pero que se desbordaba a sí mismo cuando empezaba a hablar de Jesús.
Su narrativa te hacía vivir todas y cada una de sus palabras con una intensidad casi irrepetible.
Hablar de Jesús le apasionaba.
Lo recuerdo sentado en su despacho, con todo un grupo de gente a su alrededor, esperando que terminara de hablar por teléfono. Una persona le había llamado y le había preguntado por Jesús. Daniel, en lugar de decirle que no le podía atender en ese momento porque estaba reunido, dejaba todo lo que estaba haciendo, y todo lo que le rodeaba, para dedicarse a su prioridad en la vida: hablar de Jesús.
Para él, hablar de Jesús formaba parte de su respirar. Lo vivía con naturalidad y tenía el don de que quien le escuchaba también lo viviera con naturalidad.
Hombre emprendedor, y con capacidad para hacer realidad lo que había empezado, dedicó la mayor parte de su vida a servir a la Iglesia de Jesucristo de una manera silenciosa y discreta, pero siempre efectiva.
Daniel González, orando por la ciudad de Barcelona. Una costumbre en él. / Foto: Enric Planas
Se mantuvo firme en su compromiso cristiano durante los años de su enfermedad. Era el ejemplo clásico: fiel en su compromiso con la Comunidad local donde se congregaba. Era un ejemplo a imitar: al visitarle, en lugar de escuchar de sus labios el relato del dolor de su enfermedad, volvías a casa con un conocimiento más profundo de la experiencia de fe en Jesús. En el transcurso de la visita hablaba él y quien lo visitaba la escuchaba procurando retener en la memoria, y en el corazón, todo lo que Daniel estaba diciendo.
La suya ha sido una larga trayectoria de vida y de ministerio que le permitió ministrar a varias generaciones con un saber hacer bien las cosas.
Daniel, un Maestro de la Fe, un Patriarca y un Profeta en tierra propia. En definitiva: un hombre que vivió la vida queriendo agradar a Dios.
Autor: Guillem Correa Caballé
© 2018. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA. Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.
Otros Articulos de Guillem Correa |
---|