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GUILLEM CORREA, 03/11/2011 |

El pasado 29 de octubre a las 11 de la mañana se retransmitió por el Canal 33 el Culto Conmemorativo del Día de la Reforma Protestante. Este Culto es una ventana a la libertad y a la pluralidad religiosa en nuestro país aunque, de momento, sólo sea una vez al año.

La Comunidad Protestante vive momentos muy difíciles no sólo en Cataluña, sino en todo el Estado. Desde siempre, los protestantes han pedido no sólo igualdad, sino equidad tanto a nivel religioso como a nivel social. Y esta igualdad y esta equidad, a pesar de la historia de cerca de 150 años y los sufrimientos pasados ​​y actuales, aún no han llegado.

Por esta razón, aún tiene más mérito la voluntad de Televisión de Cataluña de abrir una puerta de aire fresco e impulsar la retransmisión del Culto del Día de la Reforma.

Lo que se vio por televisión fue un culto. Un culto animado y lleno de color, pero sin dejar de ser lo que es: un culto, un culto evangélico.

Este tipo de retransmisiones es muy importante para contribuir a la Normalización Religiosa en nuestro país. En un país como el nuestro, que todavía se refiere a los protestantes como los "evangelistas" (en lugar de hablar de evangélicos), en el que los cultos aún son "misas evangélicas" (en lugar de hablar de cultos) o que aún, cuando hay un debate público que nos afecta, se olvida de invitarnos, todo esfuerzo por poner las cosas en su sitio es bienvenido.

El Culto del Día de la Reforma no es un culto que forme parte de la liturgia protestante, tal y como puede ser la Navidad o la Semana Santa. Es un culto conmemorativo en el que se hace memoria de un nuevo inicio o de un volver a los inicios para una buena parte de la Iglesia.

Los sábados todos estamos muy ocupados en nuestras propias cosas, en todo aquello que no hemos podido hacer durante la semana y nos hemos reservado un día para poder hacer. Con todo, confiamos en que éste haya sido un sábado diferente. Un sábado en el que hayamos podido participar juntos de un acto lleno de significación, de una fiesta religiosa con ilusión y con alegría, con apertura de miras y con la convicción de que la espiritualidad cristiana es una joya en la que todo el mundo es invitado a participar.

Autor: Guillem Correa Caballé

© 2011. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.

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