BURGOS #500REFORMA / TEATRO

Las causas de un hereje

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Bambalúa Teatro aporta su granito de arena al rescate de las tinieblas de la figura de Francisco de Enzinas con el estreno del espectáculo ‘Memoria de cenizas’ este viernes y sábado en el Fórum

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Sito Matía, Cristina Salces, Álex Britos y Fran de Benito, de i. a d., ayer durante la presentación del montaje. - Raúl Ochoa

(A.S.R. 29/11/2017) Pincelada a pincelada, el retrato de Francisco de Enzinas empieza a perfilarse en la ciudad que le vio nacer. Una exposición, un libro, una nota musical, un congreso que arranca hoy... y una obra de teatro abocetan a este humanista que sale de las tinieblas en el quinto centenario de su nacimiento y del de la Reforma Protestante que abrazó.

Bambalúa Teatro cogió el guante de llevar su vida a las tablas. Tras más de un año y medio de trabajo, Memoria de cenizas. Un hereje en la Europa de Carlos V se estrena este viernes y sábado en la sala de congresos del Fórum Evolución (20.30 horas, 10 euros).

«Cuando nos propusieron el proyecto, desconocíamos la existencia de este personaje y antes de embarcarnos en él leímos sus Memorias. Terminamos absolutamente fascinados con una figura condenada al ostracismo, que abrazó la Reforma, contra la religión y la sociedad del momento, que tuvo amistad con Lutero y con Calvino, que fue encarcelado, que se fugó, que murió de peste, que fue profesor universitario en Cambridge, editor en la clandestinidad, traductor de clásicos grecolatinos, el primero en traducir y editar el Nuevo Testamento al castellano y, con toda probabilidad, el primero en hacerlo con la Biblia completa... y, encima, de Burgos. No se podía pedir más. Parecía una película de Hollywood. Y dijimos sí», confiesa Alejandro Britos, director y autor de la dramaturgia de este montaje coproducido por la propia compañía, el Ayuntamiento y la Fundación Caja de Burgos.

Memoria de cenizas traslada al espectador al Estrasburgo del año 1552. Francisco de Enzinas agoniza. La peste hace mella en su cuerpo que, con solo 34 años, está a punto de rendirse. Moribundo, recuerda y delira.

Al tiempo que se agolpan escenas de su intensa vida como la relación con sus familiares, la presentación del Nuevo Testamento a Carlos V o su encarcelamiento y fuga, la fiebre dibuja alucinaciones que sirven para abordar episodios que él no vive directamente pero son esenciales para explicar su existencia. 
Fran de Benito encarna al intelectual que salió de Burgos con 14 años para no volver nunca más. Sobre él gravitan el resto de personajes, doce, que completan la narración y que interpretan Sito Matía, Alejandro Britos y Cristina Salces.

Algunos con nombre y apellidos como Carlos V, el confesor del rey Pedro de Soto, Pedro de Lerma, familiar directo de Enzinas, su esposa, Margarita Elter, o su hermano, Diego de Enzinas, ejecutado por la Inquisición acusado de hereje. Y otros más genéricos como el editor, que representa a todos con los que trabajó; el familiar, que aglutina a los distintos miembros de su abolengo; el teólogo, que no es tal y nunca existió, que engloba a quienes le aconsejan qué censurar en sus obras y a quien le introduce en la Corte; los inquisidores; o dos fiscales que protagonizan la escena en la que interrogan al burgalés antes de encarcelarlo y que se convierte en el momento más cómico del espectáculo, a pesar de que, paradójicamente, es el más fiel a lo que sucedió en la realidad.

El 85% de los diálogos son frases escritas por el propio Enzinas en los prólogos de sus traducciones o en sus Memorias o que le dicen sus amigos en las muchas cartas que aún se conservan y que, aunque algunas están descontextualizadas, ayudan a dotar de mayor credibilidad el relato.

«Es un pensamiento de hace 500 años, pero tiene una actualidad tremenda. Enzinas vive en un clima de corrupción política y social escandalosa y hay muchos paralelismos con el desencanto y el intento de cambio y reforma que podemos percibir hoy en día», advierte Alejandro Britos.

Bambalúa Teatro se vale de una escenografía sencilla y versátil que se transforma en los distintos espacios por los que transita el protagonista (un dormitorio, un estudio, un carruaje, un barco, un salón imperial, una cárcel, una imprenta). El vestuario, diseñado por Fran de Benito y Concha Valcárcel (Co&Co), se inspira en la pintura flamenca del siglo XVI (Bosco, Brueghel, Van Cleve...) y la iluminación tira del tenebrismo español.

La música se arma con piezas de Antonio de Cabezón y Diego de Ortiz, compositores de la época. Luis Miguel Sanz (viola da gamba) y Natalia González (órgano y clave) son sus intérpretes y los dos días del estreno la tocarán en directo.

A pesar de que Bambalúa Teatro ya había trufado anteriores espectáculos de tinte dramático, Memoria de cenizas es su primera incursión por completo en este género, aunque, apunta Britos, en algunos momentos se recurre a otras técnicas como las máscaras o los títeres para «permitir respirar al espectador, romper los ritmos y contar ciertos episodios que de otra manera serían difíciles de narrar».

Todas son piezas de un puzle con el que la compañía burgalesa pretende, además de divulgar la desconocida figura de Francisco de Enzinas, redescubrir y reivindicar su época, «ese Renacimiento del que apenas conocemos nada, en el que Burgos no fue solo cabeza de Castilla, sino también de Europa». 

Fuente: ElCorreodeBurgos.com 

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