POR CARLOS GARC脥A DE ANDOIN *

La crisis 驴ocasi贸n para resaltar lo que une al socialismo democr谩tico con las tradiciones del profetismo religioso?

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20121203-5C

Carlos Garc铆a de Andoin

(CARLOS GARC脥A DE ANDOIN*) La globalizaci贸n tuvo como efecto imprevisto una repolitizaci贸n de la religi贸n. 脡sta revent贸 el cors茅 de una pol铆tica modernizadora que daba por tarea ya conclusa el arrinconamiento de la fe en el corner de lo privado. Ese retorno a la pol铆tica favoreci贸 las formas fundamentalistas de religi贸n (tanto de musulmanes, como de evang茅licos, jud铆os y cat贸licos), quedando fortalecidas aquellas tendencias de las tradiciones religiosas que ofrec铆an identidad y seguridad frente a la irrupci贸n de la diversidad, la perplejidad y el vac铆o del acelerado cambio tecno-econ贸mico y del consecuente resquebrajamiento del 鈥渁ntiguo orden鈥 socio-cultural-pol铆tico.

No es lugar para abundar en esta tesis. Pero de igual manera que la globalizaci贸n, como hecho mayor, alter贸 la relaci贸n de la religi贸n con la vida p煤blica hemos de preguntarnos si esta crisis -la grave y descomunal crisis financiera y econ贸mica que todo lo invade y que todo lo somete- va a tener alg煤n impacto en los actores religiosos, si va a modificar en alguna medida la relaci贸n de la religi贸n con la vida p煤blica y si va a afectar al tablero de las relaciones entre socialismo y religi贸n. Son 茅stas algunas de las preguntas que guiar谩n la reflexi贸n de esta ma帽ana.

TRES REFLEXIONES.

Primera. I. Zubero, en Las nuevas condiciones de la solidaridad, planteaba que en la modernidad occidental se hab铆an practicado dos modelos de solidaridad: la solidaridad obrera, de los d茅biles entre s铆, y la solidaridad del Estado de Bienestar, de los fuertes con los d茅biles, siendo que en ambos casos eran modelos de solidaridad 鈥渁 favor del propio inter茅s鈥. Sosten铆a que la irrupci贸n del entonces llamado Tercer mundo y los l铆mites ecol贸gicos del crecimiento nos exig铆an un nuevo modelo de solidaridad internacional 鈥渃ontra el propio inter茅s鈥. No creo equivocarme si digo que durante d茅cadas hemos imaginado que la emergencia de los pa铆ses del Sur responder铆a a un modelo de igualdad por elevaci贸n. Ellos se igualar铆an a nuestro nivel de vida, a nuestra calidad de vida, la cual, por supuesto seguir铆a en un continuum de crecimiento y progreso. Pero no ha sido as铆. Una de las revelaciones de la crisis es que la igualaci贸n de los pa铆ses emergentes interrumpe el ritmo y quiebra el modelo de nuestro crecimiento econ贸mico. Nos exige 鈥k茅nosis鈥, abajamiento a los llamados desarrollados. Es una igualaci贸n, bajo las inexorables leyes de la competitividad del mercado, no por razones morales, 鈥渃ontra el propio inter茅s鈥. El grave problema es que ensancha las fallas de la desigualdad. Hay clases y clases. Hay pa铆ses y pa铆ses.

No es lo mismo pensar la crisis a escala nacional que a escala mundial. Se trata de salir, no a codazos y pisotones sino juntos, en cooperaci贸n. Todas somos hijas e iguales. Ha sido la gran aportaci贸n del monote铆smo judeo-cristiano a la humanidad y su prueba definitiva: el amor al forastero, al extranjero. Convertir la religi贸n en amor a lo m铆o, en factor de nacionalismo exacerbado es simplemente idolatr铆a.

Una segunda reflexi贸n. La crisis tiene algo de 鈥渆xperiencia religiosa鈥 como dec铆a la canci贸n. Es lugar com煤n que la crisis (o las crisis) es ocasi贸n de revisi贸n y llamada a la conversi贸n. Pero las interpretaciones sobre la direcci贸n del cambio no convergen. Para la derecha, el Estado -m谩s el auton贸mico- ha sido un derroche, as铆 que menos Estado, m谩s mercado, y m谩s centralizado. Para los nacionalismos, la marca Espa帽a es un lastre, o seguir dentro de Espa帽a es una ruina. Para la anti-pol铆tica, las responsabilidades descansan en la corrupci贸n y el despilfarro de la clase pol铆tica, 鈥渘o nos representan鈥. Para el socialismo... de momento nos las dan todas. En torno a la crisis se est谩 librando una gran batalla en el proceso de construcci贸n de hegemon铆as ideol贸gicas.

驴CU脕L PUEDE SER LA APORTACI脫N DE LA RELIGI脫N?

Para dar un par de respuestas a la pregunta me voy a servir de Hermann Cohen, referente del socialismo 茅tico neokantiano, fundador de la Escuela de Marburgo -inspirador del socialismo humanista de Fernando de los R铆os-. En la 煤ltima etapa de su evoluci贸n intelectual, en que se revuelve contra la disoluci贸n de la religi贸n en el universalismo 茅tico ilustrado dice que la religi贸n 鈥損ara 茅l el profetismo jud铆o- aporta dos cosas: la primera, los pobres son los 鈥渇iadores hist贸ricos de la humanidad鈥, la suerte de Dios est谩 unida a ellos, su destino hist贸rico es la pauta de la 茅tica, lo dem谩s es manipulaci贸n; la segunda, la 鈥渋ndividualidad moral鈥, la religi贸n enfrenta al individuo ante su responsabilidad inalienable e ineludible ante Dios, impidiendo su disoluci贸n. Cohen vio en la religi贸n jud铆a la garant铆a de preservaci贸n del ser humano frente a su disoluci贸n por el capitalismo y por el totalitarismo del Estado.

Pues bien, si algo caracteriza a la religi贸n es su acontemporaneidad. El peso de la tradici贸n, la referencia trascendente y la relevancia del factor antropol贸gico la hace refractaria a los cambios culturales r谩pidos. Este car谩cter, que ha sido negativo en el caso del avance de la igualdad de g茅nero o de los derechos civiles, puede sin embargo operar positivamente, como casa edificada sobre roca, en la necesaria rearticulaci贸n de la sociedad civil y de la pol铆tica frente a la devastaci贸n de la crisis. No es empresa f谩cil someter la religi贸n a la 鈥渓贸gica del mercado鈥. Todo lo contrario, pues como dice Benedicto XVI en Caritas in veritate es la 鈥渓贸gica del don鈥. Las religiones pueden operar como muro de resistencia frente al totalitarismo econ贸mico. Eso s铆, a condici贸n de que las religiones activen el lado prof茅tico y de compromiso hist贸rico.

Una tercera y 煤ltima reflexi贸n. La crisis econ贸mica ha impuesto una agenda pol铆tica bien distinta a aquella que marc贸 la pauta del debate pol铆tico en Espa帽a con el tr谩nsito de siglo, en particular 2004-2008. Con la econom铆a a todo tren, a caballo de la burbuja inmobiliaria, el programa pol铆tico socialista dej贸 a un lado la econom铆a y la 鈥渧ieja igualdad鈥 para dotarse de nuevo contenido sobre la base de las demandas de la 鈥渘ueva igualdad鈥 de la sociedad posmoderna. Aquellas propuestas contra las nuevas dominaciones, minoritarias en los 80, fueron calando gradualmente en amplias mayor铆as sociales. Me refiero a las reivindicaciones de los llamados 鈥渘uevos movimientos sociales鈥 de los 80-90 (C. Offe): pacifismo, feminismo, liberaci贸n gay, solidarismo internacional -derechos humanos, integraci贸n de inmigrantes, cooperaci贸n al desarrollo, etc.- ecologismo, tambi茅n聽 voluntariado social y el emergente tercer sector... El desarrollo de este programa desde la acci贸n de gobierno que en su fase inicial conect贸 bien con la sensibilidad del cristianismo progresista, sin embargo fue alej谩ndose de 茅ste por ciertas involuciones, por un anticlericalismo reactivo, por cierto progresismo superficial y est茅tico y por un desplazamiento de la identidad socialista a nuevas coordenadas 鈥減os鈥. Lo central de ser socialista no era ya el combate por la justicia y la igualdad socio-econ贸mica, tampoco una superioridad 茅tica en la acci贸n pol铆tica, sino un laicismo decimon贸nico, un liberalismo en materia de costumbres, matrimonio y familia, una defensa a veces m谩s banderiza que coherente y cr铆tica de lo p煤blico, y ciertos sectarismos en beneficio de los nuestros, a costa de la 茅tica, del m茅rito y la cualificaci贸n profesional. Nunca se olvid贸 la militancia de la 鈥渧ieja igualdad鈥 y la solidaridad pero pas贸 a un segundo plano, era socialismo conservador. La relaci贸n entre socialismo y mesianismo 鈥搎ue no es algo聽 negativo o peyorativo, al contrario, sin mesianismo no hay socialismo-, sufri贸 tensi贸n, desafecci贸n y finalmente distanciamiento. Entre tanto, por la otra margen la defensa del pack 鈥減atria, familia y religi贸n鈥 iba amalgamando y solidificando la relaci贸n entre derecha y religi贸n, no exenta de tensiones.

La crisis nos obliga a volver a los fundamentos, a prescindir de hojarasca y papel cuch茅 para quedarnos con lo esencial. Las religiones tienen a煤n reservas morales y espirituales que no debemos desaprovechar. 驴Ser谩 la crisis ocasi贸n para resaltar lo que une al socialismo democr谩tico con las tradiciones del profetismo religioso? La pregunta es pertinente.

* Discurso completo de Carlos Garc铆a de Andoin, pronunciado el pasado 1 de diciembre en la Conferencia 鈥淟a Crisis: desaf铆o para las reservas 茅ticas y espirituales de las religiones鈥, organizado por el Foro Tender Puentes, de Madrid.

El autor es Coordinador federal de 鈥淐ristianos Socialistas鈥. Ha sido adjunto de Gabinete del ex Ministro de la Presidencia Ram贸n J谩uregui y asesor de la ex vicepresidenta del Gobierno, Mar铆a Teresa Fern谩ndez de la Vega.