DESDE EL CAMINO
Agradecido...
(JUAN TRIVIĂ‘O, 17/03/2011) Hace unos meses escribĂa en mi blog las impresiones que me habĂa llevado acerca de una conversaciĂłn que habĂa escuchado a mis compañeros de viaje en el AVE. Me habĂan dado un asiento de esos que tiene sentadas a cuatro personas alrededor de una mesa.
Yo era “el cuarto en discordia” ya que mis tres compañeros de viaje pertenecĂan a una empresa farmacĂ©utica y viajaban juntos a unas jornadas de trabajo. Fueron 158 minutos en las que solo se escucharon descalificaciones, criticas, insultos, cotilleos, desprecios… acerca de la empresa en la que trabajaban, acerca de los compañeros, de los jefes, y un montĂłn de cosas más que ahora mismo prefiero no recordar.
A medida que pasaban los minutos crecĂa en mi interior un sentimiento de pena, por lo que estaba escuchando a tres personas con unos trabajos envidiables (sobre todo en esta Ă©poca de crisis), y al mismo tiempo crecĂa en mi interior un sentimiento de agradecimiento.
Agradecimiento por todo lo que está pasando en mi vida, por todo lo que ha pasado y todo lo que pasará. Y es que vivir agradecido (Dando gracias a Dios por todo) es un estilo de vida que aprendà hace mucho tiempo.
Vivir agradecido por lo bueno y por lo menos bueno, porque todo me ha llevado a ser la persona que soy. Porque todas las cosas que suceden en nuestras vidas, suceden por un motivo. Porque soy consciente que Dios está pendiente de todas y cada una de las cosas que suceden en mi vida, y cuida de mi, de mi familia y de todo lo que me rodea. Aun en aquellas ocasiones en las que las cosas que pasan me gustan poco o nada, y desearĂa sacarlas de mi vida. Hasta en esos momentos estoy agradecido, porque se que para Dios soy mucho más que los pájaros y las flores, de los que tambiĂ©n cuida.
Vivir agradecido es vivir en un estado en el que vamos a proyectar a nuestro alrededor una serie de sentimientos que son los que, a su vez, vamos a recibir de las personas que nos rodean. Vamos a ser capaces de transmitir felicidad, agradecimiento, paz, serenidad... Y todas estas cosas hoy marcan la diferencia, en una sociedad que necesita personas que sean capaces de no dejar que su paz interior dependa de un montón de variables que cambian constantemente, porque nuestra paz y nuestro agradecimiento viene de sabernos amados y salvados por Aquel que dio su vida por nosotros, Jesús.
Por eso hoy estoy agradecido de poder colaborar con Actualidad Evangélica, y tener la posibilidad de expresar desde esta columna aquellas cosas que suceden a mi alrededor.
Me despido hoy con una frase que ayer escuchaba a una persona en MĂ©xico, donde me encontraba por cuestiones de trabajo, y decĂa asĂ: “Estaba triste porque no tenĂa zapatos, entonces conocĂ a una persona que no tenĂa piernas…”
Si vivimos centrados en lo que no tenemos, jamás seremos capaces de ser agradecidos por todas las bendiciones que tenemos. Y estoy seguro que hay muchos motivos por los que podemos sentirnos agradecidos. Yo lo estoy por mi esposa, por mi hija, por el resto de mi familia, mi trabajo, mis amigos, mi iglesia… (y sigue la lista…).
Juan Triviño
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