OPINIÓN / por CARLOS MARTÍ ROY

Lo que nos hace iguales: "El voto"

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(CARLOS MARTÍ, 24/04/2019) En mi opinión, la peor versión de la política afecta a todo, al estado de ánimo de las personas, a sus relaciones e incluso a nuestra manera de ver e interpretar lo que está sucediendo.

La polarización del discurso político, que no es algo ocasional o puntual sino intencional, crea bloques más allá de la incorporación de nuevas formas de participación política y de partidos políticos. Esta manera de hacer política es tóxica, produce confusión y confrontación social. Los medios de comunicación con sus tertulianos de cabeza poco o nada contribuyen a que cambie la situación, más bien, se alinean a los bloques sin complejo alguno.

Ni los partidos políticos son la Iglesia, ni la Iglesia debería ser un partido político, conocer las esferas de responsabilidad de ambas y sus limitaciones sería bueno, sensato, y además saludable. 

Asistimos a un largo proceso de elecciones, comenzamos por las elecciones al Congreso de los Diputados (Cámara Baja) y Senado (Cámara Alta), ambas cámaras de representación, a estas elecciones se presentan diferentes fuerzas políticas con distintas propuestas y el objetivo de estas elecciones es el siguiente: Elegimos a los diputados/as y senadores/as que representaran a los españoles/as en los próximo cuatro años. Repito, DIPUTADOS/AS Y SENADORES/AS QUE REPRESENTARAN A TODOS/AS LOS ESPAÑOLES/AS LOS PRÓXIMOS CUATRO AÑOS. Por tanto, hemos de entender que nuestra democracia es representativa, y debemos de tener absolutamente claro, más allá de nuestros gustos y preferencias, que todos los diputados y senadores que salgan elegidos son igual de legítimos más allá de su ideario político y serán los que nos representen a todos/as los españoles/as en ambas cámaras la próxima legislatura.

Es importante, tener esto en cuenta antes de entrar en propuestas y candidatos de las diferentes opciones políticas, debemos de saber y tener claro que el modelo de democracia representativa, nos guste más o menos, es el modelo de nuestro país y por consiguiente legítimo, aunque el resultado final no sea de nuestra preferencia y/o gusto.

No existe un voto cristiano y otro no cristiano. Votamos como ciudadanos. Instar a un voto supuestamente cristiano es un acto ignorante y soberbio, ¿Quién determina lo que es el voto cristiano?

Todo voto es igual de legítimo, más allá del territorio o de la ideología política que represente.

El voto es libre, personal y se debería realizar en conciencia, para ello sería bueno conocer las diferentes propuestas y opciones que se nos plantean.

Votamos como ciudadanos libres e informados, y precisamente por ello, deberíamos tomarnos tiempo para conocer las diferentes propuestas de las distintas opciones políticas y el verdadero alcance de las mismas.

Por dejar algo claro, ni los partidos políticos son la Iglesia, ni la Iglesia debería ser un partido político, conocer las esferas de responsabilidad de ambas y sus limitaciones sería bueno, sensato, y además saludable.

No existe un voto cristiano y otro no cristiano. Votamos como ciudadanos. Instar a un voto supuestamente cristiano es un acto ignorante y soberbio, ¿Quién determina lo que es el voto cristiano?

Carlos Marti Roy

Carlos Martí, pastor evangélico

No deberíamos votar pensando en nosotros sino pensando en el bien común.

No deberíamos votar contra nadie, sino a favor de lo que consideramos que es mejor para todos/as.

Lo que sí deberíamos hacer es VOTAR, de manera personal, libre y en conciencia. Y cuando salgan los resultados y se constituya un gobierno “oremos por aquellos que nos gobiernan y trabajemos por el bien común”. 

Autor: Carlos Martí Roy, abril 2019. El autor es pastor evangélico de la Iglesia Comunidad Cristiana El Camino, de Alcalá de Henares (Madrid).


© 2019- Nota de Redacción: Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.