OBITUARIO

Don Alberto Araújo Fernández partió a la presencia del Señor

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Tenía 91 años y vivía en Alicante. Fue encarcelado y maltratado por la policía franquista durante un acto evangelístico en la Plaza Mayor. Pastor de la Iglesia Evangélica Española de la calle Calatrava, era invitado a predicar por otras denominaciones. Tras una experiencia carismática fue uno de los pioneros del movimiento de renovación en España.

Alberto Araujo Fernández

Alberto Araújo Fernández (1929-2020) / Foto: Facebook

(Redacción, 15/09/2020) La madrugada del lunes 14 de septiembre, el pastor Alberto Araújo Fernández (1929-2020) partió a la presencia del Señor.

Tenía 91 años y estaba ingresado en el hospital por neumonía desde el viernes 4 de septiembre, pero el lunes 7 tuvo una embolia pulmonar. Su hijo Marcos, abogado de un importante bufete, vino de Italia para estar con él. Le acompañó la noche de su partida, la madrugada del 14 de septiembre.

Desde 1980 vivía en Alicante, donde colaboró con distintas iglesias de la zona del Levante hasta su jubilación, por razones de salud. 

Tenía siete hijos, diecisiete nietos y catorces bisnietos con su esposa de origen escocés, Lilias Boyd, casados desde 1958. 

Fue auxiliar del pastor Juan Fliedner hasta sucederle en la iglesia de la calle Calatrava en 1963. Desde allí impulsó muchos proyectos, como el Colegio Juan de Valdés, que fundó con Luis Ruiz Poveda y la ayuda de algunos otros pastores de la Iglesia Evangélica Española (IEE); el Hogar de Ancianas de la calle Jaenar; y el mantenimiento de la obra en Camuñas (Toledo), un pueblo con mucha presencia protestante hasta la guerra civil.

Araújo venía de una familia de pastores que se remonta a los orígenes de las primeras iglesias protestantes en Madrid. Su abuelo, Carlos Araujo Carretero (1856-1925) era un sevillano, licenciado en ciencias, que fue convertido por la predicación del primer obispo reformado episcopal, Juan Bautista Cabrera

DETENIDO Y MALTRATADO POR LA POLICÍA FRANQUISTA

Alberto fue detenido durante el franquismo en el acto evangélico celebrado en la Plaza Mayor, el sábado 11 de noviembre de 1972. Un acontecimiento que causó un gran impacto y que recuerdan muchos evangélicos, testigos de aquellos hechos.

El pastor, periodista y teólogo, José de Segovia, fue uno de esos testigos presenciales. Ese día vi con cientos de evangélicos cómo “la Policía Armada disolvió la concentración”, como dice ABC, cargando contra ancianos y niños. “La gente permaneció bajó los soportales observando cómo era detenido el predicador”, cuenta el diario madrileño en sus páginas de fotos. La noticia fue difundida en todo el mundo. El predicador al que se refiere no era sólo Don Alberto, sino Arthur Blessitt, el llamado “Hombre de la Cruz” –ya que llevaba una cruz enorme de madera por todo el mundo, después de ser conocido como evangelista hippy en el Sunset Strip de Hollywood–. Esa noche esperamos muchos su liberación, hasta que a la mañana siguiente el templo abarrotado escuchó el testimonio de Don Alberto y el Hombre de la Cruz, que habían sido maltratados por la policía, mientras hablaban de su pertenencia a un Reino mayor que los reinos de este mundo. Por el cual les fue permitido sufrir, como siervos del Rey sufriente.

"LUZ Y AUTENTICIDAD"

También Mariano Blázquez, secretario ejecutivo de FEREDE, recuerda aquellos hechos a los que asistió siendo muy joven y que le causaron una honda impresión. “A la semana de convertirme, cuando aún era un adolescente … tuve mi primera oportunidad de huir de una carga policial que llevó a decenas a los calabozos de la Puerta del Sol por escuchar a un predicador que venía de Europa con una cruz a cuestas. Los que quedamos fuimos caminando y nos refugiamos en una iglesia donde escuché un sermón de confianza en las dificultades y afirmación del evangelio y sus promesas. Todavía hoy me estremezco rememorando esa escena”, dice Blázquez, y añade: “Doy gracias a Dios por la vida de Don Alberto Araújo y por esos recuerdos que son como destellos que nos reafirman en un camino en el que no siempre comprendemos todo, pero en el que a veces aparecen personas como él que traen luz y autenticidad en medio de la mediocridad”.

EXPERIENCIA CARISMÁTICA Y MOVIMIENTO DE RENOVACIÓN

Inteligente y sensible, Araújo estudió Semíticas en la Complutense y Teología en Glasgow.

Por medio del contacto con evangélicos gitanos tuvo una genuina experiencia carismática. En medio de mucha oposición, inició un movimiento de renovación, del que fue uno de los pioneros en España, que llevó a muchos a una fe personal y sincera, aunque también produjo división. De allí nació la iglesia que estaba en el Paseo de Extremadura. “El siempre evitó los conflictos y énfasis sectarios”, dice De Segovia. “Era amante de la paz y la armonía entre los hermanos”.

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Fuente: Protestante Digital, José de Segovia / Edición y redacción: Actualidad Evangélica