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El péndulo

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(Mateus Rodrigues, 31/01/2014) La historia es como un péndulo. Los tiempos de guerra y paz, crisis y bonanza, se intercalan en ciclos de años, décadas o siglos. En la actualidad vivimos un momento en el que coinciden la paz y la crisis económica.

Hace ya dos décadas que en Occidente nos encontramos sin la expectativa de una amenaza de guerra. Han ocurrido riesgos o amenazas puntuales, como los ataques terroristas, o conflictos regionales por cuestiones de secesión o autoridad territorial. Pero ninguno ha supuesto la declaración de un conflicto armado en territorios de Occidente como en el pasado en las guerras mundiales o la constante tensión de la Guerra Fría.

Por otro lado, nos encontramos en un periodo de crisis y recesión económica después de casi una década sin grandes percances en los países con economías tradicionalmente más estables. Una crisis que ha supuesto la destrucción de millones de puestos de trabajo, no solo por el cierre de decenas de miles de empresas, sino también por los despidos en otras tantas que siguen resistiendo.

Esa clase de péndulo histórico oscila también en otros aspectos como la literatura, el arte o la ciencia. En determinadas épocas aparecen grandes prodigios de la literatura, la música, la arquitectura o el arte, mientras en otros momentos nadie sobresale de forma excepcional, ni se crea o se descubre una nueva corriente renovadora o transgresora que llame la atención de forma tan clara.

20140131-1aOtro aspecto donde también oscila un péndulo es en el ámbito de la espiritualidad. En concreto, nos encontramos ya desde hace mucho tiempo, en Europa, en un punto en el que la creencia en lo sobrenatural se encuentra bajo mínimos. Quizás desde hace al menos dos siglos nuestro continente se halla sumergido en una nueva “edad de las tinieblas”. No por la falta de desarrollo científico, tecnológico y cultural, sino por el hundimiento de la moral, tanto en el sentido anímico como en el sentido de las costumbres.

La ausencia de absolutos morales, fruto de las ideologías post-modernas, ha dado de si unos principios que Europa ha abrazado y que no tendrán otro resultado que su progresiva decadencia. No veo otra solución para esa situación, que Europa conozca al cristianismo auténtico y verdadero que nunca ha conocido. Un cristianismo que no ha sido manipulado por poderes y gobiernos, ni por ateos que lo contradicen, ni por el misticismo egocéntrico, sino el que ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a si mismo, atiende a las viudas y huérfanos y se mantiene “sin mancha del mundo”. [1]

Esos péndulos de la historia no se mueven al azar. “La suerte se echa en el regazo; mas de Dios es la decisión de ella” [2]. Por eso, tengo la esperanza de que Dios permita pronto que ese péndulo, que es Él quien sujeta, empiece a moverse hacia el lado “bueno” para que tengamos la oportunidad de ver los frutos de la lucha evangélica por una sociedad mejor, esperando en la promesa de que la palabra que sale de la boca de Dios no volverá a Él vacía y será prosperada en aquello para que la envió [3].

[1] Santiago 1:27, La Biblia RVR60

[2] Proverbios 16:33, La Biblia RVR60

[3] Isaías 55:11, La Biblia RVR60

Autor: Mateus Rodrigues de Mendonça

© 2014. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA. Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.

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