EN PERSPECTIVA

El liderazgo: Minimalismo vs Maximalismo

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20130508-5(JUAN MANUEL QUERO, 07/05/2013) | El Reino de Dios no consiste en Palabras sino en Poder (1ª Cor. 4:20). Versículo importante para tener en cuenta, en especial por los que tienen la responsabilidad de guiar a otros, de ocupar púlpitos, o de aconsejar. Es verdad que la «palabra» tiene poder, pero el poder que nos arroja luz y satisfacción, sacándonos de la oscuridad y opacidad, es el que se encierra en la PALABRA del Evangelio, el Verbo, el Logos con el que Jesús mismo es identificado. El poder que necesitamos está en la palabra, pero hay mucha verborrea sobrante, que confunde, que enreda, que no lleva a ninguna parte, o si lleva, no es al lugar adecuado.

A la palabra que necesitamos, muchas veces sobran demasiadas palabras. Pero, hay quienes se envanecen en los discursos, que son «piquitos de oro», como el apóstol Pablo también indicaría a los cristianos de Roma (Rom. 1:21). Pero estas palabras carecen de poder, o del poder de incidir adecuadamente para beneficio de los demás. Hoy, ante tanto mensaje, se hace necesario hacer una exégesis adecuada, un esfuerzo interpretativo, para no quedarnos con lo superficial. Los escultores del Renacimiento, intentando explicar lo que significaba esculpir, ponían de manifiesto la importancia de sacar y quitar lo que sobraba, un concepto algo diferente al de la pintura. Le preguntaron a Miguel Ángel sobre la dificultad que tuvo para esculpir un David tan perfecto, pero, según dicen, él respondió que ese David ya estaba en el bloque de mármol, y a él solamente le correspondió quitar lo que sobraba. Este sería el concepto usado por los renacentistas, al hablar de la escultura.

Un líder, sea en el área de la política, de la educación, o de cualquier disciplina profesional, y sobre todo si hablamos de liderazgo espiritual, ha de esculpir sus mensajes, y quitar todas las palabras que sobran. Para esto una herramienta única y fundamental, es el Evangelio, porque este es «poder», es la Palabra de Dios para nuestras vidas, que el mismo líder ha de vivir para influir adecuadamente. En su método discursivo, u homilético, --tal como intenté enseñar a mis alumnos, en la asignatura de «Homilética» que me cupo el placer de impartir durante algunos años--, debe existir esa disciplina escultórica, aunque lo que se muestre finalmente, no sea lo que todos quieran ver, pero esta será «la palabra escultura» que tendrá poder.

Siguiendo con algunos ejemplos artísticos, me gustaría ilustrar esto con el arte minimalista. Este es el arte que reduce todo a lo esencial, intentando quitar todo aquello que no añada nada al concepto que en sí se quiere transmitir. Los minimalistas, o neodadistas (estos más bien de los años 50) –como llamarían otros--, se esforzarían por dejar atrás lo abstracto, o mejor dicho plantear algo mucho más sencillo en su expresión. Esto en decoración sería también una tendencia muy usada, utilizando lo esencial para realizar algo funcional. El minimalismo muestra que «menos es más».

Juan Manuel Quero Moreno

Por el contrario, el maximalismo, de finales del siglo XX y principios del XXI enseñaría lo contrario, «más es más». El maximalismo sería un movimiento abarcativo, donde todo vale, en mutuo acuerdo del receptor y del emisor. Hay que ponerse de acuerdo y encajar la opinión de todos, porque todo es bueno, y todo enriquece, sobre todo en ese acuerdo o «pacto» de convivir de la mejor manera. Aquí lo relativo es algo esencial para tolerarse. Este concepto artístico, decorativo, musical y filosófico admite casi cualquier cosa que sume, aunque ya el concepto cambie, o surjan otros conceptos, incluso contradictorios.

Actualmente hay mucha confusión, y son muchos los púlpitos, que incluso utilizan el evangelio de forma «maximalista», admitiendo que son muchas las interpretaciones a las que se pueden llegar, y la de ellos es otra más. Esto no es válido, creo que hay que seguir esculpiendo la palabra, para que finalmente se exprese «la Palabra que tiene Poder», para orientar, ayudar y bendecir, implicando nuestras propias vidas en esa Palabra.

Autor: Juan Manuel Quero

© 2013. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA

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