CAMBIOS EN LA LEY DE CENTROS DE CULTO | La reforma también afecta a las iglesias protestantes
Construir mezquitas tendrá más trabas
Miembros de la comunidad islámica de Lleida, durante el último Ramadán
. GIRO POLÍTICO | Desmontando al Tripartito
(LA VANGUARDIA / FELIP VIVANCO / Barcelona, 14/09/2011) El Govern de la Generalitat tomó ayer una decisión que marcará la política urbanística de los municipios catalanes desde ahora y hasta la próxima década y marcará un antes y un después a la hora de permitir permisos para construir centros religiosos. El Ejecutivo de Artur Mas ha acordado modificar la ley de Culto del 2009 y que ahora será más estricta con la concesión de permisos para iglesias, oratorios o proyectos de mezquitas como los de Lleida o Torroella de Montgrí.
Los retoques sobre la ley que aprobó el tripartito hace dos años son mínimos, pero tienen un calado vital, porque, tras su aprobación, la Generalitat ya no exigirá a los ayuntamientos que reserven suelo público destinado a este tipo de equipamientos en su plan urbanístico como hasta ahora era obligatorio. No sólo eso, el redactado de la antigua ley también encomendaba a los municipios que modificaran su mapa urbanístico para hacer una reserva de ese suelo antes del 2019, esto es, diez años después de la promulgación de la ley. Ahora tampoco será necesario, a no ser que en la localidad exista una demanda razonada de alguna comunidad religiosa que haya justificado la necesidad de edificar un centro de culto.
La reforma legislativa tiene su origen en la protesta de numerosos ayuntamientos catalanes por su dificultad para reservar suelo de equipamientos para fines religiosos y las dificultades técnicas (y cargas económicas) que suponía, más aún si no había ningún proyecto de nueva construcción en el horizonte.
En la base del cambio existe un compromiso oficial del Govern de dar libertad a los municipios para que maniobren de acuerdo con cada caso particular y no estén sujetos a una ley demasiado general. En el fondo, además, el Ejecutivo de Mas se ha desprendido de varios aspectos de la política de asuntos religiosos del antiguo tripartito, que estaba dirigida por el entonces vicepresidente Josep Lluis Carod-Rovira, ex líder de ERC, y que tenía una filosofía más regulatoria que el actual Govern.
"La ley vigente desde el
La decisión del Govern, tomada tras consultar y recibir el aval de la comisión de Governs Locáis, subraya "el absoluto respeto" de la Generalitat por el principio de autonomía de los municipios, pero al mismo tiempo con la modificación de la ley les quita un peso de encima a la hora de reelaborar el planeamiento urbanístico de cada municipio si no es necesario. A la vez les da sarta blanca si quieren hacerlo en caso de que haya una demanda real y justificada para la construcción de iglesias u oratorios.
En ese sentido, la modificación de la ley sí obligará a los municipios a estudiar el grado de "implantación y enraizamiento" de cada confesión religiosa para así valorar y dar "un trato igualitario y no discriminatorio" a la hora de conceder licencias y en qué condiciones.
Algunos casos recientes de sobreocupación y posterior precinto de locales de culto han llevado al Govern a establecer medidas más específicas sobre las condiciones técnicas -ruido, salubridad, salidas de emergencia- pero también arquitectónicas que deben tener este tipo de edificios. La filosofía general apunta, según detalló ayer el Govern, a que las nuevas construcciones "tendrán que respetar las características arquitectónicas, culturales, de tradición, históricas y los elementos artísticos".
¿Significa eso que futuros oratorios o mezquitas no podrán incluir minaretes? Francesc Homs insinuó que todos los elementos arquitectónicos son posibles siempre que el ayuntamiento en cuestión decida que son compatibles con el conjunto urbanístico de su entorno.
En los casos de Lleida -con un proyecto de minarete de
La nueva ley, que deberá ratificar el Parlament, tendrá muy en cuenta las condiciones acústicas y las medidas de aislamiento para que la actividad no cause molestias en el exterior.
TORROELLA DE MONTGRÍ | Elementos arabescos de paisajes lejanos
El último pleno municipal de Torroella de Montgrí aprobó anular la licencia de obras que el anterior gobierno municipal concedió a la comunidad islámica para que pudiera edificar una mezquita en un polígono industrial. El gobierno adujo irregularidades en la tramitación del proyecto y discrepancias sobre el aspecto exterior del edificio, ya que incluía algunos elementos arabescos que distorsionaban el paisaje urbano. La comunidad islámica ya avanzó que volvería a presentar el proyecto con los cambios necesarios, aunque avisó: "No queremos una nave industrial; es un centro de culto". La mezquita tendría capacidad para 435 personas. / S. Oller
SALT | Un proyecto dentro del plazo
Las entidades Magribins per la Pau y Al^HÜal ya han presentado al Ayuntamiento de Salt el proyecto para construir una mezquita en el polígono industrial, y si cumple con todos los requisitos, la obra saldrá adelante. Sus impulsores tenían de plazo hasta el día 22 para presentar el proyecto, si no querían verse afectados por la moratoria que aprobó el pleno y que prohíbe durante un año la construcción de centros de culto en este espacio. No obstante, el Ayuntamiento podría ofrecerles otro emplazamiento alternativo, aún por concretar. A quien sí afectará la moratoria es a una comunidad evangélica, que ha llevado el caso al juez./S. Oller
LLEIDA | Clausura del templo y solar a concurso
El alcalde de Lleida, Ángel Ros, siempre ha defendido la competencia municipal para decidir la ubicación de locales de culto. Y ha predicado con el ejemplo, pues la Paeria ya puso, hace más de dos años, a disposición de las comunidades religiosas un solar en el polígono El Segre para levantar una mezquita en esos terrenos. La medida se acordó incluso antes de que la principal mezquita de Lleida -la de la calle del Nord- fuese clausurada por exceso de aforo. De eso hace ahora un año, pero los líderes religiosos de ese templo no han mostrado ningún interés para levantar en ese solar una mezquita. Aun así, la oferta sigue en pie. / J. Ricou
CORNELIA | Reanudadas las obras tras un año de parón
Durante cerca de un ano, la actividad ha sido nula, pero durante este verano se ha vuelto a trabajan la futura gran mezquita de Cornellà, situada en la calle Cirerers, en una zona industrial fronteriza con Esplugues y Sant Joan Despí, casi tiene cubierto su esqueleto. La comunidad islámica que la está construyendo, Al Tauba, se quedó sin financiación una vez hecha la estructura, aunque gracias a la ayuda de los fieles se han podido reanudar las obras- En el año 2005 el Consistorio cedió el terreno por 50 años a la comunidad, a la vez que cedía otro solar a la Iglesia católica para otro templo, que en este caso sigue paralizado. / R. Montilla
BARCELONA | Ciudad grande, oratorios pequeños
Si bien Barcelona tiene registrados 17 oratorios en los que se profesa la fe islámica -el último abrió este año en Horta-Guinardó-, en la ciudad no hay ninguna gran mezquita. Esta ausencia es una de las sorpresas con las que se encuentran los turistas de países árabes con alto poder adquisitivo que visitan la capital catalana. Tampoco hay ningún proyecto serio de construcción de un equipamiento de este tipo, a pesar de informaciones como la que apunta que un emir de Dubái está interesado en reconvertir la plaza de toros Monumental en la gran mezquita de Catalunya. El Ayuntamiento asegura no tener constancia de ello. / R. Suñé
GIRO POLÍTICO | DESMONTANDO AL TRIPARTITO La ley 16/2009 que regula los centros de culto en Cataluña está aprobada el 22 de junio del 2009 y rubricada por el entonces presidente de la Generalitat, el socialista José Montilla, y por su vicepresidente, Josep-Lluís Carod-Rovira, que tenía bajo su mando el departamento de asuntos religiosos. El acuerdo de ayer del nuevo Ejecutivo catalán presidido por Artur Mas no sólo busca resolver multitud de inconvenientes que han surgido a la hora de intentar aplicar los preceptos de la ley, sino que tiene el fondo ideológico de desmontar o modificar unos preceptos que se acercaban más a los conceptos de multiculturalidad abanderados por los partidos catalanes de izquierda y que la coalición que da apoyo al Govern, CiU, ve de otra manera. Paradójicamente, y en parte, ha sido el socialista Ángel Ros, alcalde de Lleida, el que ha mostrado el camino al Govern de que se puede actuar con puño de hierro (y guante también de hierro) contra los excesos en el aforo o el incumplimiento de las condiciones de seguridad -ruidos, salidas de emergencia, etcétera- de centros religiosos que no siguen la normativa. El actual Govern, que ha demostrado con reiteración su obsesión por aligerar trámites burocráticos, ha escuchado a los ayuntamientos. Muchos de ellos han perdido parte de sus ingresos habituales por las licencias de construcción que ya no conceden por la crisis. Sin embargo, se veían obligados, por la citada ley del |
Fuente: LA VANGUARDIA / Felip Vivanco