HOMENAJE
Un acto interconfesional recuerda al millar de personas ahogadas en el Mediterráneo en lo que va del año
Mariano Blázquez, secretario ejecutivo de la Federación de iglesias evangélicas de España, participó en el acto.
Funeral en San Carlos Borromeo de Vallecas por los 1.100 muertos ahogados en el Mediterráneo. OLMO CALVO
(MADRID, 27/04/2015) Ayer domingo, se ha celebrado en la Parroquia de San Carlos Borromeo de Vallecas un funeral popular por las 1100 personas muertas en el Mediterráneo en lo que va de año. La ceremonia ha congregado a cientos de personas que han compartido plegarias con representantes de diferentes religiones, como el budismo, cristianismo, judaísmo o islam, pero también a ateos; 'todos y todas creyentes de la humanidad', como así definió el párroco Javier Baeza.
Gente de todas las edades, procedencias, creencias y religiones se unieron para recordar a aquellas personas que en el Mediterráneo 'mueren ahogadas en un mar de vida, convertido en la fosa común de toda esperanza', así como a sus familiares 'que hoy no tienen dónde dejar las flores' animando desde las entrañas de la poesía a que aquellos que 'tenemos pies derribemos las fronteras'.
Seguramente ninguno de los allí reunidos conocía a las personas muertas en la última tragedia, de hace tan solo una semana, que se llevó por delante la vida de cerca de 900 personas a tan solo 120 millas de la orilla europea, pero todos querían guardar la memoria de esas vidas anónimas y denunciar el silencio y 'complicidad de las autoridades'.
Aliu Diallo conoce bien esta realidad, es de Guinea Conakry y dejó su país hace ya 9 años en busca de un futuro mejor. Hoy no quiso perder la oportunidad para rendir homenaje a tantos compañeros que tuvieron peor suerte, que no consiguieron llegar.
ORACIÓN Y POESÍA
Salah, un joven marroquí comenzó leyendo en castellano un pasaje del Corán; después tomó la palabra Mariano Blázquez, presidente de la Federación de las Iglesias Evangélicas que, tras leer un fragmento del Evangelio, animó a 'aclamar a que se abran las ventanas de este país, para que sean ventanas de esperanza a una acogida incierta de personas que buscan un mundo mejor'. También hizo acto de presencia el Lama Wangchen, representante del Tíbet en España, que cantó una oración para recordar a los 'hermanos africanos' para hacer llegar 'la paz a su luz y su alma después de la muerte'. Se leyeron otros textos en representación de la comunidad judía y católica y un vecino musulmán, Tarek Hamdaoui, recitó un verso del Corán en árabe. Mientras su oración llenaba la sala, los labios de Bradi, un joven tetuaní de 18 años, seguían el rezo y las lágrimas caían por sus mejillas al recordar a "todas las personas que han muerto ahogadas".
La oración pronto se convirtió en poesía. Un poema anónimo que viajó en la cubierta del barco Constanza repleto de artistas para recordar en cada puerto mediterráneo a los inmigrantes ahogados, llegó hasta este rincón de Vallecas: 'Llegasteis desde muy lejos para alfombrar nuestro mar. Sois nuestros invitados. Hermanos venidos en un barco sin nombre. Vosotros habéis llegado desde África para alfombrar nuestro mar (...)'.
La ceremonia tocaba su fin, pero antes Berte y Leo, dos mujeres del colectivo Ferrocarril Clandestino, invitaron a todos los asistentes a compartir un cuenco de agua que habían preparado repleto de pétalos y 'meter las manos como gesto contra las fronteras', para que 'no haya ni una muerte más'. Berte en wolof -una de las lenguas más habladas en África- y Leo en castellano, recordaron que 'el agua es libertad' y 'vida', y lamentan que 'los intereses económicos, las leyes injustas, los políticos injustos la han convertido en el símbolo de muerte'. Por eso alzan la voz, para no 'dejar que la memoria de tantas vidas perdidas, se diluya aquí, en el agua'.
Fuente: ELMUNDO.ES / FABIOLA BARRANCO (@FabiolaBarranc1)
