EN PERSPECTIVA
Arquitectura Protestante: Un arquetipo diferente (II)
Iglesias evangélicas de León, Madrid y Málaga
(JUAN MANUEL QUERO, 07/05/2014) | ¿Se puede hablar con rigor de una «arquitectura protestante»? El concepto «arquitectura» alude a una referencia directiva, la cual tiene que ver con el pueblo en el que se implanta, así como con la ideología que la impulsa. En este sentido, y aunque no sea de forma exacta, hay una especie de «arquetipo», que se manifiesta en diferentes construcciones, y que tienen matices muy pronunciados dependiendo de los lugares donde se llevan a cabo. En las iglesias protestantes, este arquetipo está constituido por unos elementos propios de la fe evangélica-protestante.
En la Historia del Arte no solamente se notan estas influencias y estos rangos arquitectónicos, sino que son bien clasificados en estilos, y en períodos de tiempos y lugares de pertenencia. Por diferentes motivos esto se notará más en lo religioso, y en la Iglesia Católica, aunque también tendrán su ejemplo en las construcciones civiles –pero esto sería otro tema. Así podríamos hablar de estilo románico, gótico, renacentista, barroco, neogótico o neoclásico; por mencionar los que más destacaron en la construcción religiosa. Estos estilos tienen su impulso en los tiempos de desarrollo económico, donde la prosperidad de los pueblos, o de algunas clases sociales, permitirían desarrollar estos proyectos; los cuales tendrían «parones» precisamente por los cambios económicos, viéndose esto en la mixtificación de diferentes estilos en distintos monumentos constructivos, no siendo puros en su definición arquitectónica.
Las construcciones románicas no se caracterizarían por culturas de imaginaría diversa, como ocurriría especialmente en el Barroco, que tenía el fuerte impulso del mensaje de la Contrarreforma, cargando todos los rincones de imágenes que invitaban a la veneración y adoración del pueblo más llano, de lo cual todavía podemos ver reviviscencias en las procesiones de Semana Santa, cuyas esculturas de «cristos», «vírgenes», y de otros personajes arrancan las lágrimas y la devoción de muchos; llegando a ser esto una especie de tradición que forma parte de la cultura del pueblo, una especie de patrimonio nacional. Esto precisamente era lo que buscaba esa Contrarreforma, y tiene su base en ese barroco que intenta frenar el impulso de la Reforma Protestante.
Muy interesante es la ideología del arte gótico. En este caso nos encontramos con un fuerte deseo de llegar a Dios. Son los arcos apuntados con naves muy diáfanas y llenas de vidrieras ojivales, que ante la ausencia de columnas, pilares y grandes muros, se busca otra fórmula: los contrafuertes (apoyos externos). Su simbología tiene que ver con la oración. El interior es en forma de manos que se unen para orar. En su mensaje se habla de santidad, iluminando todas las naves con luces de colores de las vidrieras. Se intenta ahuyentar el pecado y a los demonios, por lo que las fachadas se llenan de gárgolas --pequeños monstruos que espanten a los malos espíritus.
Los impulsos constructivos de las iglesias evangélicas de España, han dependido durante bastante tiempo, de la aportación de agencias misioneras que en sus proyectos de apoyo han destinado también significativas sumas para estos cometidos, lo que también ha supuesto en algunos casos algunas influencias. No obstante, la ideología que ha definido la arquitectura protestante, y que con conciencia clara, o sin una reflexión que delineara el proyecto, ha estado allí, ha comprendido o debería comprender algunos de los siguientes elementos:
- La Biblia. La importancia de conocer y proclamar el Evangelio, significa tener espacios para que niños y mayores puedan estudiar la Biblia. Proclamar el mensaje bíblico requiere de una zona para el púlpito, --que si bien, más que un púlpito sería un ambón. Esto significa que en este lugar el predicador sea visible y audible. Lo que exige también un nivel tanto en altura como en perspectiva adecuada, para que el visitante pueda tener buen acceso.
- La fe. Creer en un Cristo vivo, se expresa en el rechazo a cualquier crucifijo (cruz más escultura de Cristo), levantando solamente cruces vacías, o exponiendo textos de la Biblia. Las esculturas o representaciones de Dios o de otros personajes bíblicos o «santos» se rechaza por entender que esto contribuye a la idolatría, y que además sería desobediencia a Dios mismo[1].
- El bautisterio. La mayoría de las iglesias evangélicas practican el bautismo por inmersión, siendo una característica el bautisterio en la sala de cultos, lo que también señala una expresión constructiva que se ha logrado con diferentes fórmulas[2].
- El coro. Sería el espacio para los que dirigirían los cánticos congregacionales. En algunas iglesias, este espacio se haría a pie del auditorio, pero, en la evolución de los tipos de cánticos y grupos corales o de alabanza, se ha ido incorporando en el mismo presbiterio o lugar cercano al mismo púlpito.
- La comunión. Característica común y relevante es la importancia de la comunión y de la comunicación, confraternidad y relaciones en la congregación evangélica. Si bien, antes era común la fila de bancos en la nave central del auditorio, ahora se piensa más en un «santuario» que permita estar más en contacto visual, con asientos de otro tipo, buscando incluso estructuras más circulares y envolventes. Espacios para «ágapes» o comidas y actos de confraternización son importantes. En cuanto a la comunión, la Santa Cena[3] también es importante. Pero los evangélicos no tendrán un altar con todo lo que implica de sacrificios, sean cruentos o incruentos, sino un espacio para la mesa donde se ofrecen los elementos del pan y del vino que conmemoran la muerte de Jesús, y con los que participan los creyentes.
- Culto y evangelización. Esto también estructura un tipo de espacio determinado. Pero que próximamente trataremos, ya que aquí se nos agota el espacio.
El énfasis que se ha hecho en lo mencionado anteriormente, ha estructurado un modelo constructivo. A esto también han ayudado elementos de los estilos constructivos mencionados al principio (especialmente del gótico y quizás también algo del renacentista, incluso del mismo románico). Los arcos apuntados de forma decorativa en el interior, así como en el diseño de los salones de culto; o bien torres que despuntan como si de cimborrios o campanarios se tratara, han formado parte de muchas iglesias evangélicas. Actualmente es importante, que ante los cambios que se producen, se siga estudiando cuáles deberían ser los nuevos arquetipos o referencias constructivas, que sean útiles para el pueblo de Dios, y para la sociedad en la que se enclavan.
[2] Hay algunas iglesias que prefieren no tener bautisterio, o que no bautizan por inmersión, lo que significará un énfasis diferente.
[3] Eucaristía es el nombre más usado en la Iglesia Católica para ello.
Autor: Juan Manuel Quero
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