SILBO APACIBLE
Gente tóxica
GUILLEM CORREA, 03/02/2012 | En el transcurso de nuestra vida cotidiana podemos encontrarnos con personas que son generadoras de conflictos. Últimamente la literatura más especializada suele referirse a este tipo de personas con la etiqueta "gente tóxica". Las preguntas que genera la existencia de este tipo de personas son obvias: ¿Cómo las podemos identificar? ¿Por qué hacen lo que hacen? ¿Cómo nos podemos proteger de su toxicidad? ¿Cómo establecer límites a su capacidad destructiva o, incluso, autodestructiva?
Contestar a estas preguntas no resulta fácil porque detrás de la etiqueta de "gente tóxica" hay todo un abanico de tipologías que requieren un estudio en profundidad y con matizaciones.
Hecha esta salvaguarda, y corriendo el peligro de simplificar una tipología muy compleja, podríamos decir que la "gente tóxica" es aquella que siempre lleva una piedra en el bolsillo y que no pierde la ocasión para tirarla contra alguien.
Una buena manera de contrarrestar esta toxicidad es fomentando sanas relaciones a nuestro alrededor. Se trata de ser cuidadoso con todas las personas, intentando conectar con lo mejor de cada una de ellas.
Es cierto que no podemos evitar que, con razón o sin ella, seamos objeto del ataques, justos o injustos, de la "gente tóxica". Lo que hay que hacer en estas situaciones es evitar ofuscarnos y replicar con la misma moneda. Es mejor aprender de las situaciones; es mejor aprender cómo no se debe actuar.
En palabras del apóstol Pablo a los Romanos diremos " Busquemos lo que conduce a la paz y a la mutua edificación espiritual" (El Nuevo Testamento. Romanos 14, 19).
¿Por qué hago esta reflexión en estos momentos?
Pues porque pienso que, en la situación de crisis social y de valores tan profunda como la que estamos viviendo y con los cambios que llevará toda esta situación, lo mejor que podemos hacer no es llevar una piedra en el bolsillo, si es que la llevamos o si es que alguna vez la hemos llevado, sino llevar una voluntad de entendimiento en el corazón y siempre que surja la ocasión dejar esa voluntad de entendimiento sobre la mesa por si algunos de los asistentes quiere coger aunque sea un pequeño trocito.
Autor: Guillem Correa Caballé
© 2012. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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