FUNERAL DE ESTADO DE ISABEL II
“Todos los que confíen y tengan fe en Dios como la Reina pueden decir, ‘Nos volveremos a encontrar’” - Justin Welby, arzobispo de Canterbury
La ceremonia religiosa, que siguió los deseos e instrucciones de la misma Reina, incluyó himnos, oraciones, lectura de los evangelios y una breve homilía centrada en el evangelio de Cristo, “a quien Su majestad siguió con fe y esperanza”, dijo Welby.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, este lunes en la Abadía de Westminster, durante su sermón / Captura de pantalla
(Redacción, 20/09/2022) En medio de la suntuosidad y el boato imperial del regio funeral de Estado en honor de Isabel II, millones de personas en todo el mundo pudieron escuchar, de boca del arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia Anglicana, Justin Welby, el sencillo y claro mensaje del evangelio de Jesucristo.
La ceremonia religiosa, que siguió los deseos e instrucciones de la misma Reina, incluyó himnos, oraciones, lectura de los evangelios y una breve homilía centrada en el evangelio de Cristo, “a quien Su majestad siguió con fe y esperanza”, dijo Welby.
Justin Welby, arzobispo de Canterbury, pronuncia sermón en el oficio religioso del funeral de Estado de la reina Isabel II. #FuneralDelaReinaIsabel
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Por su interés, lo reproducimos íntegramente:
Sermón del Arzobispo de Canterbury para el funeral de estado de Su Majestad la Reina Isabel II
19/09/2022
1 Corintios 15:20-26, 53 – Fin
Salmo 42:1-7
Juan 14:1-6
Ven Espíritu Santo, llénanos con el bálsamo de tu amor sanador. Amén.
El modelo para muchos líderes es ser exaltados en vida y olvidados después de la muerte. El patrón para todos los que sirven a Dios, famosos u oscuros, respetados o ignorados, es que la muerte es la puerta a la gloria.
Su difunta majestad declaró en una transmisión de su 21 cumpleaños que dedicaría toda su vida a servir a la nación y la Commonwealth.
¡Pocas veces se ha cumplido tan bien una promesa así! Pocos líderes reciben la efusión de amor que hemos visto.
Jesús –que en nuestra lectura no dice a sus discípulos cómo seguir, sino a quién seguir– dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. El ejemplo de Su difunta majestad no se estableció a través de su posición o su ambición, sino a través de a quién siguió. Sé que Su Majestad comparte la misma fe y esperanza en Jesucristo que su madre; el mismo sentido de servicio y deber.
En 1953 la Reina comenzó su Coronación con oración silenciosa, allí mismo en el Altar Mayor. Su lealtad a Dios fue dada antes de que cualquier persona le diera lealtad. Su servicio a tantas personas en esta nación, el Estado Libre Asociado y el mundo, tuvo su fundamento en seguir a Cristo, Dios mismo, quien dijo que “no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.” [1]
Las personas que sirven por amor son raras en cualquier ámbito de la vida. Los líderes que sirven por amor son aún más raros. Pero en todos los casos, aquellos que sirven [de ese modo] serán amados y recordados cuando aquellos que se aferran al poder y los privilegios sean olvidados por mucho tiempo.
El dolor de este día, sentido no solo por la familia de la difunta Reina, sino por toda la nación, la Commonwealth y el mundo, surge de su vida abundante y su amoroso servicio, que ahora se ha ido de nosotros.
Ella fue alegre, presente para tantos, tocando una multitud de vidas.
Oramos especialmente por toda su familia, que sufre como todas las familias en un funeral, incluidas tantas familias en todo el mundo que han perdido a alguien recientemente, pero en el caso de esta familia, lo hacen en el centro de atención más brillante.
Que Dios sane su dolor, que el vacío dejado en sus vidas quede marcado con recuerdos de alegría y de vida.
La transmisión de Su difunta majestad durante el encierro de Covid terminó con: "Nos encontraremos de nuevo", palabras de esperanza de una canción de Vera Lynn. La esperanza cristiana significa cierta expectativa de algo aún no visto.
Cristo resucitó de entre los muertos y ofrece vida a todos, vida abundante ahora y vida con Dios en la eternidad.
Como dice el villancico “donde las almas mansas lo recibirán, todavía entra el Cristo amado”. [2]
Todos enfrentaremos el juicio misericordioso de Dios: todos podemos compartir la esperanza de la Reina que en vida y muerte inspiró su liderazgo de servicio.
Servicio en la vida, esperanza en la muerte. Todos los que sigan el ejemplo de la Reina, e inspiración de confianza y fe en Dios, pueden con ella decir: “Nos volveremos a encontrar”.
Fuente: The Archbishop of Canterbury / Redacción y traducción: Actualidad Evangélica
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