ABU DABI / LIBERTAD RELIGIOSA
El papa Francisco y el imán de Al-Azhar piden libertad de creencias
El Pontífice visita Emiratos Árabes y advierte sobre las guerras en Yemen, Siria, Irak y Libia.
El papa Francisco (i) y el gran imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, líder de la institución de referencia del islam suní, asisten a la Reunión de Fraternidad Humana en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos). Foto: Efe
(ABU DABI, 05/02/2019) El papa Francisco y el gran imán de Al-Azhar condenaron este lunes la discriminación contra las minorías religiosas y llamaron a la fraternidad, en el segundo día de una visita histórica a la península arábiga, golpeada por los conflictos y las desigualdades.
Todo el día, el Papa, vestido de blanco, y el gran imán suní del instituto egipcio Al-Azhar, el jeque Ahmed al-Tayeb, de negro, se mostraron juntos de manera fraterna, frente a la gran mezquita Zayed –una de las más grandes del mundo–, y luego se besaron en la tribuna de la conferencia interreligiosa.
Este encuentro y diálogo interreligioso había sido impulsado por el Papa y el gran imán de Al-Azhar, institución más importante del islam suní.
Al final del encuentro, Francisco y el imán Ahmed al-Tayeb firmaron una declaración conjunta en que comprometieron los esfuerzos de las dos religiones para “luchar contra el extremismo”. “¡Al Salamò Alaikum!” (“¡Que la paz esté con ustedes!”), arrancó Francisco su discurso, en el que reforzó la idea de la fraternidad, pero que incluyó referencias directas a la realidad cotidiana de los habitantes de Oriente Próximo.
Se ha valorado como un discurso de alto significado, ya que fue pronunciado en una región donde aún hay desigualdades y abundan las denuncias de discriminación religiosa. Arabia Saudí, por ejemplo, prohíbe la práctica de cualquier religión que no sea el islam, pero el Papa hizo una defensa de la necesidad de garantizar la libertad religiosa.
“Deseo que, no solo aquí, sino en toda la amada y neurálgica región de Oriente Próximo, haya oportunidades concretas de encuentro: una sociedad donde personas de diferentes religiones tengan el mismo derecho de ciudadanía”, dijo.
En su discurso, Francisco insistió en la justicia en general: “Una justicia dirigida solo a miembros de la propia familia, compatriotas, creyentes de la misma fe es una justicia que cojea, es una injusticia disfrazada”, señaló.
El pontífice evocó también la no violencia, la paz y el desarme, expresando firme oposición a la utilización de la religión para fines que no sean pacíficos. Para Francisco, “no hay violencia que encuentre justificación en la religión”. “La fraternidad humana nos exige, como representantes de las religiones, el deber de desterrar todos los matices de aprobación de la palabra guerra”, indicó. Llamó la atención sobre cuatro países que sufren “las consecuencias nefastas” de conflictos: Yemen, Siria, Irak y Libia.
Fuente: AFP
