OPINIÓN / POR MÁXIMO GARCÍA RUIZ

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Nuestro autor colaborador, el Dr. Máximo García Ruiz, nos comparte hoy un nuevo poema de su autoría

Foto de Sixteen Miles Out en Unsplash

(Redacción, 08/09/2023) 

Atrapado por la Palabra

Me atrapó la Palabra siendo muy joven
y quedé cautivo de su hechizo,
estrellas luminosas en el cielo,
jardines de jazmín y de enebro,
sentimientos de gozo y esperanza,
y en lontananza, un mundo nuevo.

Palabra compuesta de palabras,
lenguaje universal, sin cortapisas
que, con sabiduría, explica qué es la vida
y hace que despierte la conciencia
en ese mundo confuso que nos cobija.

Guiado por ella, la Palabra, cual estrella
que ilumina el camino tortuoso
que vamos descubriendo sin reposo,
me sumergí en el misterio que intuía,
y tracé mi destino, a veces contraviento
otras, enfrentándome a molinos de viento,
buscando siempre en ella el sustento.

Como el viento, la Palabra es libre
y libera a todo aquél que la toma por bandera,
trasciende en unos casos hasta el infinito
y, en otros, se queda a ras de tierra.

No siempre casan bien Palabra y religiones,
la Palabra representa el amor y la belleza,
denuncia, aunque perdone, cualquier torpeza,
acaricia al pasar, sirve de aliento,
no entiende de etiquetas,
no admite vicarios que controlen,
ni credos que impongan condiciones,
la Palabra es de todos y no es de nadie,
es de quienes la elogian y de los que la vituperan,
aunque nada represente para quienes nada esperan.

Las religiones creen tenerlo todo controlado,
responden a preguntas que nadie les formula,
para los grandes problemas, sin respuesta alguna;
definen, a su antojo, lo bueno de lo malo
desde una perspectiva de dominio
que nadie les ha dado.

Confunden la moral pasajera con la ética austera,
manejan la Palabra a su antojo
y en lugar de liberarte, te condenan.

La Palabra es un prodigio que cautiva,
mensaje de profetas, lenguaje de poetas;
la Palabra es inmensa como las estrellas y la mar
fundidas ambas con la tierra en abrazo inmortal.

Cuando Dios desde el misterio, quiso revelarse
lo hizo en un lenguaje que todos entendieran,
usó en primer lugar el cielo y las estrellas,
y para hacerse aún más accesible
se hizo Palabra y habitó entre nosotros,
a veces en forma de mensaje cifrado
otras, ejerciendo de profeta y, finalmente,
para mayor escarnio de los detractores,
terminó en una cruz clavado,
ocupando el lugar de sus calumniadores.

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Autor: Máximo García Ruiz. Septiembre 2023 / Edición: Actualidad Evangélica